Añorando viejos tiempos
Backstreet Boys aterrizaba en Madrid para presentar sus primeras canciones de madurez tras una ausencia de cinco años
La última parada de la minigira española de Backstreet Boys en España recalaba ayer en Madrid. No hacía ni 24 horas que Barcelona había disfrutado de la vuelta de este quinteto después de una ausencia de cinco años. El tiempo y la experiencia han hecho madurar a Kevin, Brian, Nick, Howie y A.J. para dar vida a 14 nuevas canciones cuya característica más sorprendente es el uso de una gran instrumentación. Ayer dieron buena cuenta de su nueva faceta en la capital con un concierto que estuvo a punto de ser espectacular.
Y digo a punto porque unos pocos fallos imperdonables restaron protagonismo al esperado regreso de "los chicos de la calle de atrás". Porque no está a la altura de un evento como éste ofrecer como artista invitado a Lonely Joe (al que deseamos suerte en su carrera musical), cuyo mayor logro en sus escasos 20 minutos de actuación fue una versión del Wicked game de Chris Isaak.
Difícilmente comprensible resulta que Backstreet Boys, verdadero fenómeno de fans en los 90, no llenara el Madrid Arena. No más de 7.000 incondicionales se acercaron hasta el pabellón de la Casa de Campo pese a ser día festivo en la capital. Muchos más puntos perdió el directo debido a la pésima preparación del sonido (atronador y sin matices) que puso las voces del grupo por debajo de los instrumentos. Todo ello por no hablar del uso de elementos pirotécnicos, muy vistosos eso sí, pero cuya onda expansiva dio más de un susto a los presentes en la zona de pista.
Pese a estos remediables inconvenientes el concierto siguió la dinámica de su predecesor. Una espectacular y cuidada escenografía desfiló en todo momento por el Madrid Arena. Aparte de las ya habituales coreografías, varios cambios de vestuario que les hicieron lucir como pinceles, una trabajada iluminación con efectos visuales, proyecciones de imágenes y videoclips en una pantalla gigante, elevadores que les hacían aparecer y desaparecer, y hasta nieve artificial y niebla para llevar al público de manera transitoria hasta Siberia durante la interpretación de dicho tema.
Sueltos sobre el escenario, los componentes de Backstreet Boys disfrutaban haciendo varios guiños al público como cantar varias estrofas de I?ll never break your heart en su versión en castellano (Nunca te haré llorar). En definitiva, dejándose querer y desatando la histeria entre un aforo predominantemente femenino.
La música de esta boy-band que ha vendido más de 73 millones de discos en todo el mundo hizo el resto. A las canciones incluidas en Never gone, su nuevo CD, se le sumaron sus ya clásicos, todos ellos presentados bajo la presencia instrumental de una guitarra, un bajo, una batería, dos teclados y un piano para la ocasión.
Brillantes momentos se vivieron durante la interpretación de I still, I want it that way, Quit playin' games (With my heart), Everybody (Backstreet's Back) o Just want you to know, mezclados con el romanticismo que destila el quinteto de Orlando (EE UU) cuando se dispone a enamorar a su público. As long as you love me (con un toque muy soul por cierto), Incomplete, Siberia, Show me the meaning of being lonely o The shape of my heart son buena prueba de ello. Pero a esas alturas del concierto, el lastre era ya demasiado pesado para levantar el vuelo.