Canciones susurradas al oído
Quien después de escuchar de forma íntegra este Breathe in no se haya dejado arrastrar ni una sola vez por el torrente de emociones que circulan por sus canciones, seguramente le espera un futuro ausente de amor. Porque es ahí donde echa el ancla el debut discográfico de Lucie Silvas y donde explota su mejor cualidad: ser un disco con canciones listas para susurrarse al oído.
Doce cortes en su versión original y uno más en su reedición para el mercado español conforman el primer elepé de una mujer que canta desde el amor, para el amor y también contra él: "Cuando compongo para los otros no me puedo poner en su piel al transmitir sentimientos mientras que cuando lo hago para mi, sí porque conozco mis vivencias y sé cómo proyectarlas".
Y de qué manera. Estribillos pegadizos en canciones con mucho ritmo y sabor a pop con pinceladas de R&B (The longer we?re apart) que se combinan con medios tiempos y baladas que pueden llegar a provocar escalofrío. Y luego está su portentosa voz que le sitúa al nivel de otras mujeres que han conquistado la fama como Anastacia, Alicia Keys, Christina Aguilera y hasta Joss Stone.
El piano aparece en este elepé como su principal soporte melódico para temas como Forget me not, No defence, The game is won o aquel What you?re made of con el que comenzó a dejar huella en nuestro país y al que Antonio Orozco ha aportado su voz quebrada en la versión a dúo publicada en España recientemente.
Sin embargo, Lucie Silvas brilla acompañada de otros instrumentos como la guitarra en Don?t look back o Twisting the chain estupendas canciones y potenciales singles; o dando rienda suelta a la mayor emotividad posible gracias a la ayuda de los violines en Like you love me o Nothing else matters, versión del clásico de Metallica. Esas que se susurran al oído.