Diego Vasallo: "Cada vez me apetece menos estar dentro del circo del rock"
Acaba de publicar un nuevo disco en solitario, <i>Los asbismos cotidianos</i>, a la venta desde el pasado 9 de mayo
Los abismos cotidianos, a la venta desde el pasado 9 de mayo, es el sexto trabajo del compositor donostiarra que ha evolucionado desde el exitoso pop de Duncan Dhu, a un aire más experimental y electrónico con la formación Cabaret Pop, hasta llegar a un estilo intimista y poético, totalmente alejado de los cánones comerciales, en su carrera en solitario.
Las doce canciones que componen su último álbum confirman esta tendencia y ahondan en el objetivo de Vasallo de "destilar" y "depurar" la sencillez de su melancólico estilo para retratar cómo siente y cómo ve el mundo que le rodea.
"Tengo la sensación de no saber bien a donde vamos, de que estamos más perdidos de lo que pensamos y de que las cosas se escapan de nuestro control", apunta, y que dice que las imágenes que pueblan sus temas surgen de su afición "a perder horas sentado en un café o paseando, observando, deteniéndome en detalles insignificantes".
Diego Vasallo quería que las canciones de su nuevo disco sonaran tal y como él las compuso, por eso dos guitarras llevan el peso de las melodías, adornadas por "colores" y "detalles" de instrumentos como el violín, la mandolina, el piano, el acordeón o el contrabajo y por los ecos de acompañamiento de Christina Rosenvinge, Leonor Watling, Ana Laan y Leo Minax.
Junto a sus propios temas, Los abismos cotidianos incluye una versión de Demasiado tarde de Enrique Urquijo y otra de Si fòssim gavines, una canción menorquina de Cristòfol Mus Reynes que escuchó en un local de la isla mediterránea y que él ha adaptado con el título de Tristezas blancas.
Y es que este disco entronca más "con las músicas tradicionales, incluso con el folklore, con canciones italianas, latinoamericanas o menorquinas, que con el pop o el rock. Los discos son reflejo de lo que uno está mamando y últimamente el pop y el rock que nos invaden me deja indiferente, cuando tengo ganas de escuchar música prefiero ponerme tangos, boleros, rancheras o a Charles Aznavour", cuenta.
Vasallo no piensa, de momento, llevar al directo este disco. "Suena raro, pero yo entiendo que los discos son una obra que empieza y se cierra en sí misma, no necesitan del soporte de los conciertos, igual que un libro de poesías no requiere que el poeta haga recitales".