Doce nubes blancas para sentirse en equilibrio y en paz

Éstas son las doce nubes blancas de Elefantes:

"Es un poco el espíritu del disco. Somos velas pequeñitas que en cualquier momento el viento apagará".

"Sónicamente es una canción que puede recordar a los años 80, tiene mucha energía. Habla de abrir el punto de mira. A veces, estamos obcecados y no vemos que también hay camino a los lados no sólo delante".

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"Habla del paso del tiempo, que conlleva muchas cosas buenas pero otras no tanto. Yo, después de tener a mi hijo Sunna, me he dado cuenta de que soy mayor y esto te anquilosa, te cuestan más los movimientos. Parece que ya sabes mucho de la vida y eso no te permite moverte con agilidad. Es un poco una reflexión: ¿realmente lo aprendido nos sirve y si borramos todo y empezamos otra vez? A lo mejor nos va bien esa dosis de humildad".

"Es una canción que me pone triste porque es: 'dime si tú te vas qué hago con mi vida'. Está contada de una manera que es fácil sentirse identificado con la letra. Me cuesta un poco cantarla porque me emociona aunque no tiene nada que ver con mi realidad actual, todo lo contrario.

"Es una canción acerca del reencuentro con una persona, en clave de antenas tecnológicas, de emisores y receptores y ondas que uno emite y otro recibe. Habla de una relación entre dos personas que se acaba o se deja de emitir y dejan de encontrar esas señales y luego vuelve la comunicación".

"Me gusta el título, define muy bien la acción, está repitiendo todo el rato 'clavos, clavos', te coloca en un estado de ánimo incómodo. Luego, el estribillo es todo lo contrario. En tres minutos te lleva a estados de ánimo contrarios. Era un experimento para ver si éramos capaces de conseguirlo y no sé si lo hemos conseguido, pero la canción está ahí".

"Es la que más me gusta del disco. Es un poco una reflexión en un día malo que tuve. Estaba enfadado pero no sabía muy bien con qué ha,sta que me di cuenta de que estaba enfadado con la vida, con todo, con su forma de funcionar que es muy compleja. Y me di cuenta de que cuando yo estaba enojado lo que más me apetecía era hacer que la gente que estaba conmigo alrededor se sintiera bien. Por eso el estribillo dice: 'pero intentaré hacerte reír, o por lo menos sonreír'. A mí, es lo que me cambia el estado de ánimo, poder transmitir a las otras personas algo bueno, hace que me ponga bien a la vez. Como creo que nuestro trabajo consiste en algo así pues ha salido por ahí".

"Es una canción antigua. Habla de un reencuentro con uno mismo. Está rescatada de otra época de Elefantes, pero que nunca habíamos grabado, aunque ha encontrado su sitio en este disco. Trata de esos días en que te sientes contento de ser tú mismo. A veces me pasa a mí, me siento orgulloso de la vida que llevo y de las cosas que me están sucediendo. Es un poco decirte a ti mismo: ¡joder qué afortunado eres!".

"Es una declaración de principios a nivel de intenciones, cómo nos gustaría vivir la vida a nosotros y por extensión cómo nos gustaría enfocar las cosas de cara al público. Habla de hacer las cosas bien no para vender discos, sino de corazón. Conseguir transmitir algo positivo a la gente".

"Es una duda y real porque hasta el último momento no sabíamos si la íbamos a incluir o no en el disco. Se lo cuestiona todo, habla de momentos de incertidumbre. A las dudas les tenemos asco, pero son como un motor. Las dudas te hacen llegar a las certezas. Es muy positivo tener dudas".

"Tratamos temas un poco más sociales, políticos relacionados con los telediarios. Nunca habíamos querido hablar de ello porque no habíamos tenido ganas de contarlo en un disco. Esta vez no nos hemos podido callar porque realmente la situación del mundo es tan compleja y tan sofisticada que teníamos ganas de contar nuestro punto de vista. Lo hemos hecho desde un lado muy infantil porque tampoco queríamos caer en sermonear en decirle a la gente qué tiene que pensar o no. Está contado desde la desesperación infantil".