REMando al viento
El grupo estadounidense presentó el pasado sábado (8 de enero) en directo en Madrid las canciones de su nuevo disco, <i>Around the sun</i> (2004)
REMemorando el pasado. Así abrió R.E.M. su concierto del sábado 8 de enero en Madrid, el segundo de su recién estrenada gira europea. Y lo hizo REModelando y desempolvando un viejo tema, Finest worksong, perteneciente al álbum Document, editado en 1987 cuando los miembros del entonces cuarteto lucían pobladas melenas.
IrREMediablemente, el tiempo ha pasado y, para bien o para mal, Michael Stipe, Mike Mills y Peter Buck (desgraciadamente, el batería Bill Berry decidió abandonar la formación en 1997), no sólo han refinado su sonido y sus composiciones, sino que se han convertido en auténticos ídolos de masas, al menos en Europa. Y como tales se presentaron en España.
Sobre un escenario austero, REMachado con grandes tubos fluorescentes que cambiaban de color y con una pantalla de vídeo alargada y muy efectiva, a modo de wide screen, el grupo de Athens demostró que las más de dos décadas de carrera conjunta les han servido de bagaje. A pesar de que el concierto arrancó con muy mal sonido (algo habitual en todos los recitales, y más teniendo en cuenta la pésima acústica del Palacio Vistalegre), terminó escuchándose bastante bien. Al menos, a Stipe, que parecía Mr. Increíble con algunos kilos menos por la pintura con la que cubrió su mirada, se le entendía y se le podía seguir bien.
Aunque su nuevo directo, el de presentación de Around the sun (2004), su más reciente trabajo, venía ya rodado de su reciente gira por Norteamérica, el repertorio fue un poco desordanado, a la REManguillé. El trío tiró poco de grandes éxitos (una decena), que es lo que el respetable anhelaba, a tenor de la locura colectiva que se desataba cada vez que sonaba alguno de ellos. Mención especial merece Losing my religion, un REMolino que hizo elevar la plaza a alturas insospechadas. Y no era para menos. La canción sonó rozando casi la perfección.
Animal, Everybody hurts, Imitation of life, su "primer número uno en Japón", según las palabras de Stipe, The great beyond y la preciosista Leaving New York, fueron las melodías más coreadas por las diez mil almas que abarrotaban el coso madrileño. El resto de la veintena de canciones que sonó, a pesar de no pertenecer al estatus de los grandes logros, también fue bien recibido. Se echaron de menos, sin embargo, otros como Bad day, Stand, Shiny happy people (tema al que no parecen tener mucho aprecio), Daysleeper o el himno de su época underground, It's the end of the world as we know it (And I feel fine).
Stipe, Mills y Buck, apoyados otros tres músicos (batería, guitarra y teclados), REMataron la faena en un sólo bis. Lo abrieron con What's the frequency, Kenneth?, uno de los temas más importantes de su singladura, perteneciente al álbum Monster (1994), al que siguieron Fall on me, Permanent vacation, el inédito I'm gonna DJ y el inolvidable Man on the moon. Y al igual que el cómico estadounidense Andy Kaufman, al que honraban con su canción, R.E.M. se marchó REMando al viento, dejando un buen sabor de boca. Sin embargo, podían haberse estirado un poco más y no hacer tanto el REMolón. Otra vez será.