En cuerpo y alma
Bob Dylan dió una vuelta de tuerca a su repertorio clásico ayer en Alcalá de Henares en un brillante concierto orientado a las raíces del rock
Los ecos que llegaban de los conciertos previos de la gira española de Bob Dylan silbaban que, salvo algún tema clásico del repertorio de los años sesenta, los shows del cantautor de Minnesota estaban marcados por sus dos últimos trabajos discográficos: Time out of mind (1997) y Love and theft (2001). Ayer, en un magnífico concierto en Alcalá de Henares, el imprevisible y brillante Bob Dylan echó mano de su primer gran legado para ofrecer una vuelta de tuerca a temas imperecederos que, en ocasiones, eran sólo reconocibles por su letra. Quien se acercó hasta la huerta del Palacio Episcopal buscando un concierto para nostálgicos, a buen seguro que no lo encontró. Pero tampoco se sintió defraudado porque, con la ayuda de cuatro músicos de quitar el hipo, Bob Dylan ofreció dos horas de genuino rock & roll. Una clase magistral condensada en 120 minutos para resumir la música popular norteamericana: country, blues, folk, rock, rockabilly, ...
Bajo el rótulo In person, el hombre que cambió el devenir del rock volvió a escoger el sendero menos previsible pero con un paisaje mucho más rico para mostrase en cuerpo y, sobre todo, en alma ?asumiendo siempre que su personalidad esquiva y huraña se muestra en primer lugar?. Bob Dylan sólo se dirigió al púbico al despedirse para presentar a sus músicos: cuatro magníficos forajidos del rock con sus trajes grises y sus sombreros cowboys, comandados por el enorme Larry Campbell, que tocó la guitarra, el pedal steel, el violín o una mandolina de doce cuerdas, según el palo que el maestro requería. Mención requiere también el nuevo guitarra Stu Kimball, que dota a la banda de Dylan, de un toque más blues-rock que en anteriores visitas.
De pie. Parapetado tras un teclado a un lado del escenario. Encorvado para expulsar su voz rota. Y para soplar su armónica. Con sus cuatreros siguiéndole con la mirada ante lo imprevisible de sus ejecuciones, Bob Dylan tiró de su armónica y el crepitar de su voz, tan peculiar, vieja y atractiva para deleitar a las más de 10.000 personas con revisiones de canciones clásicas como This wheel?s on fire, Boots of spanish leather, Ballad of thin man, Wicked messenger, She belongs to me, Masters of war, Desolation row o Highway 61. Canciones de su primer gran periodo compositivo, el de los sesenta. Dylan se centró en sus álbumes clásicos que van de The Freewheelin' Bob Dylan
Abrieron el show, Amaral que dieron a conocer en formato acústico una nueva canción, la preciosa En el río, versionearon el Universal de Lagartija Nick e hicieron corear a la gente sus pegadizas Sin ti no soy nada y Moriría por voz.