Doble disco, luminoso mestizaje
La primera tentación es hacer chistes malos: ¿dónde demonios está el libro de instrucciones para usar el doble de Macaco? Pero mejor no caer en gracietas: siempre andamos quejándonos del apocamiento del rock nacional y aquí llega el Mono Loco marcándose un doble disco rebosante de ideas, muy razonado, cuidadosamente estructurado y vestido. Musicalmente, se agradece la voluntad de renovar (¿hiphopizar?) los esquemas del mestizaje, aun a costa de barroquizar gemas ya de por sí luminosas. Funcionan particularmente bien los temas de esqueleto caribeño. Y la sospecha de que aquí yace sumergido un gran disco sencillo.