Esperando el maná
Los hijos del predicador presentaron en Madrid su álbum debú, <i>Youth and Young Manhood</i>
Lo más fashion de la ciudad decidió que lo mejor que podía hacer el pasado viernes 14 en Madrid era comprarse una entrada y esperar casi un par de horas en la puerta de Aqualung. La llamada a flequillos, chapas y corbatas la había hecho uno de los últimos grupos de moda surgido, paradojas de la vida, de detrás de un cáliz en lo más profundo de Estados Unidos: Kings of Leon. Claro está, y después de ser bombardeados por una efectiva publicidad verde (muestra de ello era el increíble estado a rebosar de una sala en la que, a bien seguro, pocos tenían el CD de los "mesías" de la noche) todo el que se preciaba, lo más in del rancho, no podía faltar a la cita.
Lo que prometía ser el descubrimiento de otro cuarteto a los que hacerles un hueco en el cielo, se acabó convirtiendo en un agujero negro en el que condenar a las brasas a más de uno. Gracias a la organización, a una banda que se puso a ensayar cuando tendía que estar tocando y a otros muchos detalles, a la que suscribe se le quitaron las ganas de escuchar a los Followill antes de... ¡por fin!... entrar a un Divino Aqualung que, con luces rojizas y verdes, parecía esconder a la serpiente de Adán y Eva.
El cuarteto debió encomendarse a Dios y rezar durante un buen rato para hacerse esperar, como si de los Stones se tratase, hasta que quisieron hacer desparramar su Maná sobre las tablas de la sala. Que el Señor que su padre alaba les siga dando suerte para que sus fans no se cansen de tanto rey de las listas salido de la nada. Y es que estos veinteañeros no tocan mal en directo, ni siquiera su cantante, Caleb Followill, pierde graves en sus directos, pero no se puede ir de humilde haciendo uno mismo de pipa para afinar uno mismo los instrumentos del grupo y luego, lucir pose de estrella de R&R (de las que piensan eso de que "las cosas buenas se hacen esperar y lo bueno si breve..."). Estos chicos, que retrasan el tempo de sus canciones en vivo, se quedaron "en la cola", como muchos otros, antes de empezar el fin de semana.