Quien busca la luz, la encuentra
Rosa, el mayor mito televisivo de los últimos años, quiere dar mucho que hablar. 'Ahora' es la mejor prueba
UNA VOZ DE PESO. Puede que sea a causa de la erótica de la fama, no se puede descartar nada, pero Rosa López ha vuelto a la superficie y es una mujer bella, en todos los sentidos. No es que haya estado bajo tierra, pero sí lo más lejos que ha podido para tomar distancia con el fenómeno en que la convirtió Operación triunfo. Lleva un año asombrada porque la gente la sigue parando por la calle por no hacer nada, pero lanza un segundo disco, Ahora, con el que espera remediar errores. Antes de empezar, aclara las dudas sobre su voz. ?Sufrí esfuerzo vocal porque la máquina no dio para más. Fue lo primero que les dije a los nuevos chicos de OT: hay que aprender a decir no. Confié en que los demás sabían más que yo, que en mi caso son casi todos, y claro... ahora me cuido al máximo. Tengo que hacerlo, es mi herramienta y mi medio de vida. Me he levantado cada mañana esperando que mi voz respondiera?. Y su voz ya está como nueva. ?Nunca se puede decir ni más limpia ni más sucia: es la misma que cuando cantaba en las bodas por Granada?, dice, por eso este disco es su mayor ilusión, ?tanto que al hacerlo incluso hay temas donde no muestro agresividad, pero sí cierta rabia de querer hacer las cosas bien. Una de las mejores cosas de mi primer disco es que, gracias a él, tengo este segundo?.
Uy, aquel primer disco... ?A lo mejor estaba bien para otra muchacha, de otra edad, otro estilillo. Las cosas tienen que ir en concordancia con una. Yo le dije a los productores que quería hacer una música gorda, como yo, de peso, porque en otro caso ni va conmigo ni hay una armonía. En este disco no me puedo creer que haya podido participar...? Está claro que no todo ha sido un camino de rosas hasta llegar a este CD, ?variado pero con un mismo sonido, suena a mí?, dice, y donde se incluyen baladas y ritmos bailables, dos temas propios, una versión del Your song de Elton John y su famosa Ausencia. ?En este tiempo, en vez de quedarme embarazada como se dijo, he estado leyendo, estudiando y preparándome psicológicamente, porque lo he pasado mal. No he tenido depresiones ni mucho menos, porque soy una mujer muy fuerte, pero si mucha gente hubiera visto el mundo a través de mis ojos se volvería loca?. Nada le hizo perder la esperanza, ?porque yo sé que la vida lo mismo te hunde que te eleva a las nubes, y siempre hay que estar preparada para todo. Tengo mi mente lista para lo que venga, porque nada tenía, nada tengo?, admite. Eso sí, asegura estar escribiendo un libro que quiere sacar algún día, cuando sea mayor. ?Si Dios quiere, cuando tenga unos 40 años. En él contaré todas esas cosas que no se saben, cosas que he vivido, me han hecho daño, cosas muy fuertes... de las que he aprendido. Pero ahora estoy en mi mejor momento, no quiero centrarme en eso. Si lo sacara ahora sólo contaría lo bueno, y pretendo que sea algo sincero, como si yo estuviera hablando. Muchos dicen que no se puede ser sincero del todo, pero yo lo voy a ser?, asegura.
Parece mentira, pero Rosa de España, la que costaba trabajo entender por culpa de tanto ojú y shiquillo, es ahora Rosa, a secas, en busca de aquella oportunidad que a veces creyó haber perdido. "Me pongo muy nerviosa en la tele, no lo puedo evitar. Puede que me falte seguridad, no lo sé. Me esfuerzo en aprender, voy todos los días a un logopeda. Pero tampoco espero cambiar demasiado, porque hay quien me ha dicho que en cierto modo pretendo renegar de mi pasado. Si supiera la gente lo que me esfuerzo, lo duro que es encontrar a personas que no te respetan porque no eres como ellos... Yo lo único que aspiro es a ampliar mi vocabulario, adelgazar un poco más y ser feliz, porque sólo tengo esta vida?.
De la Academia recuerda que echaba de menos hasta el olor del Mistol en la cocina de su casa. ?La que salía en televisión era yo, pero en otro mundo. Ahora veo algunas de mis expresiones y creo no ser la misma. Pero es muy difícil ser tú con los medios. He llegado a llorar con alguien en un momento de debilidad y luego te lo encuentras en los papeles. ¡Oiga, que esa es mi vida!?
Pero, al final, lo que cuenta es la música. ?Me gusta cantar porque sueño, porque creo que me están pasando esas cosas. Sólo quiero estar bien y cantar lo que me gusta. Y estoy en el camino?.