Música negra muy sexual
La nueva reina del R&B (rhythm & blues: ¡antes para definir lo que hacía Elmore James!) llega con argumentos incuestionables: a sus 21 años, esta estadounidense ya triunfó con Destiny?s Child y, ahora, con su primer disco en solitario, alcanza el número uno en su país y el Reino Unido. Bien, hasta aquí los asuntos numéricos. En cuanto a lo musical, el disco arranca fogoso, con un sencillo incuestionable: Crazy In Love, soul-pop perfecto. Le acompaña aquí el rapero Jay-Z, su chico, y exporta la fórmula del duelo para otras canciones con Missy Elliott, Sean Paul o Luther Vandross. Pero salvo en algunos duelos o en arrastradas baladas a lo Prince (escucha Be With You), el disco no se aleja de otra muestra de música negra comercial de contenido sexual con sobredosis de producción (la lista de los operarios de cada canción es más larga que la letra del tema) y falta de mordiente.