Los Stones calientan Montjuic
Los Rolling Stones actuaron ayer en el Estadi Olímpic ante 60.000 personas a las que encandilaron con su arsenal de grandes éxitos. Después de que Chrissie Hynde y sus Pretenders entretuvieran al público con un estimulante show mermado por las deficiencias del sonido y la enormidad del estadio, los Stones salieron al escenario con impuntualidad rockera.
Sin mediar palabra, y cuando no se había extinguido el frenesí de gritos y palmas, Keith Richards, doblado sobre sí mismo, disparó las notas que abren Brown sugar. Mick Jagger, que hizo gala de un poderío vocal como pocas veces en esta gira, sirvió una pequeña muestra de sus imitadísimos pasos de baile.
Aunque el veteranísimo grupo dio pocos respiros nadie se movió de su sitio cuando los músicos enfilaron la pasarela que daba acceso a un pequeño escenario ubicado en el centro del estadio, desde el que despacharon magníficas versiones de I just want to make love to you (Willie Dixon), Street fighting man y el Like a rolling stone.
Tampoco se movió nadie cuando el grupo se despidió tras escupir una larguísima versión de Satisfaction bajo una lluvia de confeti rojo. Aún quedaba Jumping Jack Flash, los fuegos artificiales y la rendición total del público.