Jon Bombón
Siete años de espera bien han merecido la pena si el resultado fue el <i>show</i> que anoche ofrecieron los de Nueva Jersey en el Estadio de la Peineta de Madrid.
El reloj marcaba las 21:30 y, tal y como se indicaba en las 30.000 entradas que se vendieron, comenzó el concierto. 2001: Una odisea en el espacio fue la mejor banda que sonora que podía tener el atardecer de la tarde madrileña del 22 de mayo y se convirtió en la nota que alborotó al público allí congregado que ya había cogido las provisiones necesarias para una noche que, sin ninguna duda, prometía ser intensa.
Jon Bon Jovi, con pantalón blanco y camisa naranja, y su banda aparecieron en escena a ritmo del tema que da título al último disco, Bounce, perfecta definición del resultado de la noche.
Con el conocidísimo Living on a prayer, los pocos huecos que había en la pista central del estadio se llenaron de gente que corría enloquecida por acompañar a la banda en esta emblemática composición. Mientras, los acomodados en las gradas levantaron sus cuerpos de los asientos para no volver a ocuparlos en toda la noche. A partir de ese momento el calor del público no dejó de sentirse. El propio Jon Bon Jovi agradeció en su escaso español el cariño mostrado por sus fans, algunos de ellos situados a ambos lados del propio escenario, en su mayoría féminas enloquecidas que no podían creerse lo cercado que tenían a su ídolo, incluso alguna no dudó en propinarle una disimulada caricia al líder de la banda en su tan codiciado trasero.
Tres pantallas acercaban al público más lejano lo que ocurría en el escenario, incluso esa perfecta sonrisa del cantante que año tras año vuelve locas a sus jóvenes -y no tan jóvenes- seguidoras.
?Os presento a mi amigo Ricardo Sambora?, dijo Jon en su perfecto spanglish, para presentar a su compañero que lució voz y guitarra en el tema I?ll be there for you, momento en el que Jon aprovechó para cambiar su chaqueta de piel y presumir de brazos y tatuaje de Superman. Sin duda, esa noche motivos le sobraban para sentirse así.
Y llegó Runaway, tema que sirvió de lanzamiento en los comienzos de Bon Jovi y que el público más fiel gritó, cantó y saltó. Born to be my baby, I?ll sleep when I?m dead y Raise your hands fueron los tres temas que cerraron el concierto. Precisamente, en este último miles de manos alzadas agradecieron el espectáculo y pidieron más música.
Y hubo más. No tardaron en volver al escenario. Entres gritos de ?otra , otra, Bon Jovi, Bon Jovi, guapo...? se empezó a escuchar de nuevo música y de la buena. El tema elegido para arrancar los bises fue In these arms y el público volvió a lanzarse a los brazos de Bon Jovi. Tres temas más, Capt crash, Bad medicine y Shout, pusieron fin a la noche del 22 de mayo. Una velada que algunos guardaremos con cariño en nuestras memorias.