Los Grammy anti-latinos
El reparto de galardones en la última edición de los Grammy Latinos no terminó de convencer a muchos amantes de la música. <b>Miguel A. Bargueño</b>, Redactor Jefe de 40TV, fue una de las voces críticas.
Cuestionados, tachados de oportunistas y, para colmo, ensombrecidos en su segunda edición por los atentados del 11-S, los premios Grammy latinos afrontaban este año el reto de ganar credibilidad. Hay que recordar que estos Grammy colaterales nacieron al abrigo del vendaval latino en Estados Unidos. Dicho de otro modo: si no se inventaron hace veinte años es porque, sencillamente, hace veinte años ni Ricky Martin ni Jennifer Lopez se paseaban por la cúspide de las listas americanas. La justificación de su existencia se basa, por tanto, en la fidelidad a ese argumento.
Sin embargo, la edición de este año ha traicionado dicha filosofía. Dominio español, reparto equitativo de premios regionales? pero me faltan nombres. Recurriendo a una frase hecha, podría decirse que son todos los que están, pero ni mucho menos están todos los que son. Extraño a los Enrique Iglesias, Marc Anthony, Paulina Rubio, Thalía, Shakira; los artistas que, en definitiva, han obtenido unas ventas multimillonarias durante el último curso en Estados Unidos y que, por eso mismo, han llevado la cultura latina, en su faceta musical, a lo más alto.
Sí, la mayoría de ellos ha grabado en inglés (con versiones en español), pero esa es una pobre excusa para unos premios que han establecido el inglés como idioma oficial de su gala. Algunos, como Shakira, fueron recompensados con distinciones menores (en su caso, Mejor Vídeo); escaso trofeo para alguien que ha vendido tres millones de copias en EEUU.
Si ambicionan ser algo más que una experiencia efímera, los Grammy latinos tienen que premiar el éxito internacional de la cultura hispana. En caso contrario, es tan absurdo como entregar unos premios de automovilismo y no darle ninguno a Michael Schumacher.