Entrevista a Lucas Curotto: “Tenía miedo de sacar ‘Camerinos’ por si se malinterpretaba, pero es un gesto que he querido tener con Naiara”

El sueño de Lucas Curotto era ser artista. Lo tenía tan claro que desde niño lo proyectó y trabajó sin descanso, esperando pacientemente la oportunidad que le permitiera dar el salto. El 20 de noviembre de 2023 se convirtió en concursante de pleno derecho de Operación triunfo, la primera edición retransmitida en una plataforma de streaming. Su caso fue el de un aspirante que se tomó la Academia como lo que es, un máster intensivo para jóvenes promesas de la música. Ahora, más de un año después, Lucas Curotto publica Puente aéreo, un primer álbum de estudio que tira de cosecha personal, con letras a las mujeres que pasaron por su vida y sonidos que beben del rock que escuchaba en casa y bandas que marcaron su adolescencia. Este trabajo es el currículum que presenta a la industria musical. Consciente del mundo convulso que es, el uruguayo tiene todas las ganas e ilusión de seguir trabajando para, igual que hizo en OT, hacer méritos para ganarse un hueco dentro de la escena 'made in Spain'.

Armar un disco personal y ser fiel a su estilo

Pregunta: Vamos a viajar un segundo al 19 de febrero de 2023. Termina 'Operación triunfo' y tienes que ponerte a trabajar prácticamente desde cero en tu proyecto artístico. En ese momento, ¿qué tienes claro?

Respuesta: Había varias ideas, pero estaban muy desordenadas en mi cabeza. Por suerte, el A&R que tenía en Universal me dijo que me tomara unos días para saber lo que quería hacer. Estaba haciendo algo mucho más pop, mucho más electrónico, pero crecí con mi viejo escuchando mucho rock de los 70 y música disco de los 80. Parte de mi infancia fue con Fito Paez y La vela puerca. Mi adolescencia, con One Direction a full... Me presentaron a Maximiliano Calvo, hicimos match desde el primer momento y empecé a descubrirme. Me abrió la cabeza. Ahora cada vez que me siento a componer quiero contar cómo me siento o cosas que me han pasado. Este disco, Puente aéreo, es lo que quiero, el sonido que quiero y las letras que quiero contar.

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P: Y en ese proceso de encontrar tu identidad artística, ¿había algo que te preocupara?

R: Tenía miedo porque no sabía si iba a gustar. Recuerdo cuando salí de OT y saqué Corazones rotos. La gente decía: ‘Lucas tiene que hacer rock’. A la gente le gustaba el Lucas de Mariposa teknicolor.

He disfrutado de la mayor parte del proceso. Y lo que no he disfrutado ha sido por cosas mías. La ansiedad. Las dudas de si gustará o no. Saber si la gente conectará o no. La parte que más sufrí fue mi cabeza misma, pero disfruté de todo lo demás.

P: Por eso fue importantísimo que Maximiliano Calvo se uniera al proyecto, ¿no?

R: Maxi es el que me ha hecho ver la música como algo que se disfruta y no se sufre. Me agobiaba pensando que me tenía que sentar a componer porque no sabía qué hacer. Maximiliano me dijo: ‘Tienes un montón de cosas que están brutales’. Entendía lo que quería y el disco fluyó. Mis ganas locas, por ejemplo, la hicimos en tres horas. Hubo tanto feeling que todo salió rápido. También me dio consejos para el último videoclip, el de Jóvenes y libres. Me dijo que no mostrará tanto la pose y dejara salir al Lucas divertido.

Ahora estoy fuera de la burbuja, no era real

—  Lucas Curotto

P: ¿En algún momento tuviste la presión de encontrar el hit?

R: Sí, hubo un momento. Se hablaba de encontrar un tema que fuera para radio, pero con Maximiliano no trabajé de esa manera. No teníamos en la cabeza hacer un hit.

La canción secreta para Naiara

P: Los artistas suelen tener unos oyentes beta. ¿Quiénes fueron las primeras personas que escucharon ‘Puente aéreo’?

R: Los tengo: son mi hermano, mi mejor amigo y, por lo general, la persona a la que le escribo una canción. A mi hermano y a mi mejor amigo les encantó el disco porque esas historias las vivieron. Me decían: '¡Cabrón, ¿cómo has contado esto?!'. Conectaban un montón.

P: ¿Y qué han dicho las protagonistas de tus canciones?

R: Las han recibido bien. Para mí también es un gesto de agradecimiento hacia esa persona por formar parte de la historia de mi vida.

P: ¿No te daba pudor?

R: Las mandaba un poco cagado (risas). No sabía qué iban a opinar, pero fue bien. Son personas a las que les gusta mucho la música y se tomaron bien que escribiera sobre eso. Al escribir algo personal, aunque nunca he dado nombres, a veces era muy literal, pero se lo tomaron bien.

P: ‘Julio en Barcelona’, por ejemplo, habla de una historia que se quedó a medias.

R: Ella flipó, pero le encantó que pudiera hacer una canción con esta historia. Aparte, al haberlo vivido, conecta mucho más. La escuchaba y le llevaba a ese momento. La recepción fue buena y por eso también he seguido escribiendo. Son momentos especiales y muy bonitos. Julio en Barcelona podría haber sido una balada, pero es de las más potentes del disco, de las más cañeras.

P: Hay otra canción, ‘Camerinos’, que solo está en el disco físico. Tú mismo has dicho que habla de Naiara, tu compañera de edición. ¿Te costó escribir sobre ello? Especialmente teniendo en cuenta todo lo que se habló en su momento…

R: Me costó un poco, sí. La canción la hice en forma de desahogo por lo que estaba sintiendo. También me daba muchísimo miedo sacarla por si se malinterpretaba. La gente ha malinterpretado un montón de cosas, se han inventado otras muchas…Camerinos alimenta un poco todo eso, pero, al mismo tiempo, lo pensé y ahora mismo somos amigos, tenemos una relación hermosa y fue un gesto que quise tener, y ya está. Queda para nosotros. Somos humanos y estas cosas pasan.

Quiero poder vivir de la música, eso es con lo que siempre soñé

—  Lucas Curotto

El sueño de Lucas

P: El disco también tiene una parte en la que, de alguna manera, te hablas a ti mismo. ‘Todo llegará’ trata del sueño que tanto perseguiste. ¿Cuánto soñaste con que te pasara esto que estás viviendo?

R: Te diría que desde que tengo memoria. En clase se me iba a la cabeza y proyectaba. Me imaginaba en un escenario cuando escuchaba música tirado en mi cuarto a oscuras. Poco a poco se fue cumpliendo y me encantaba la idea de poder escribir sobre ello. Todo llegará es una de las canciones que más miedo me daba sacar por si a la gente le parecía cursi. Pero a la mierda, ¿cuántos soñamos con esto? Quería escribir una canción motivadora.

P: ¿Y cómo te sientes ahora que lo está ocurriendo? A los artistas, a veces, os pasa que no llegáis a asimilar lo que estáis viviendo en el presente.

R: Al salir de Operación triunfo no procesaba nada, no entendía nada. Todo era efímero, todo era rápido. No me paraba a pensar en ciertas cosas, las vivía y ya. Traté de ser consciente de lo que pasaba, pero era una locura. Era un cambio fuerte de vida, de barbero a esto. Hoy en día, ya con mi proyecto encima de la mesa, estoy fuera de una burbuja que tampoco era tan real. Hicimos una gira que fue una locura, llenamos recintos que ahora sé que no los voy a llenar por mi cuenta. Ahora lo vivo con más pausa, más tranquilidad, sabiendo lo que hay y sabiendo lo que quiero. Ahora lo disfruto, pero sigue estando la ansiedad y esas preguntas. Es una incertidumbre total. No sé cómo va a funcionar, no sé si voy a poder dedicarme a esto.

P: En ‘Causa perdida’, la última canción del disco, dices: “Cuando estés en la oscuridad seguirás adelante sin pisar ninguna cabeza, no es necesario. Cuando aparezcan los focos que no te encandilen”. En este primer año de carrera, ¿has sentido alguna vez que la fama te hacía tener comportamientos que no eran propios de ti?

R: Ha habido momentos de inestabilidad emocional por lo que estaba pasando, momentos en los que por dentro no estaba tan bien. El salir, las malas decisiones…siempre traté de plantar los pies en la tierra y no creerme nada. Porque sabía que el verdadero curro empieza ahora, con la salida del disco. La suerte que tuvimos de vivir la gira de OT, conocer a toda esa gente…fue una etapa, lo de verdad viene ahora.

Sus más y sus menos con la industria

P: ¿Cuál es tu relación con la industria musical?

R: Me costó al principio, pero después me fui puliendo y entendiendo las cosas. Trato de dar lo mejor de mí para que al otro lado haya una respuesta. Es dar y recibir. Es un trabajo. Cuando va bien, de puta madre; cuando va mal, hay cosas que no pueden salir o no se llegan a hacer por más que uno quiera. Al principio me costó porque tenía mucha ilusión, muchas ideas y hay que ir poco a poco. Ahora me apoyo en la oportunidad de estar en una discográfica que ha impulsado el proyecto y ha sacado el máximo provecho.

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P: ¿Tienes unos objetivos marcados con este disco?

R: Tengo objetivos claros, hay que tenerlos para estar motivado. Lo que pido es seguir tocando y poder vivir de esto. No quiero que se acaben los escenarios ni el poder seguir haciendo música. Después, si son estadios o salas, no me importa. De pequeño soñé con eso y aspiro a llegar a la mayor gente posible, pero quiero poder vivir de la música, eso es con lo que siempre soñé.

P: ¿En qué te gustaría convertirte dentro del mundo de la música?

R: Me encantaría ser una inspiración. Desde que tengo memoria he tenido muchos artistas que me han marcado, que han construido el proyecto de artista que soy ahora mismo. Me encantaría que cuando pasen los años haya un público al que le hayan marcado mis canciones en alguna etapa de su vida. Quiero ser una motivación para el que quiera dedicarse a la música. Me gustaría dejar huella.