¿Cómo reciclar pilas correctamente?
Los pequeños gestos pueden marcar la diferencia. Y en el caso de las pilas, con más motivo.

Las pilas usadas son una amenaza para el medio ambiente.
Las pilas están por todas partes. En el mando de la tele, en la radio que llevamos de acá para allá en casa, en ese juguete que nunca se apaga... Son pequeñas, útiles y aparentemente inofensivas. Pero cuando llegan al final de su vida útil, pueden convertirse en un serio problema medioambiental.
Las pilas contienen materiales pesados peligrosos, como el mercurio, el cadmio o el plomo,
¿El motivo? Cada pila contiene toda clase de metales pesados, como mercurio, el cadmio o el plomo, que pueden filtrarse en el suelo y el agua, afectando a ecosistemas enteros y, de paso, a nuestra salud. De hecho, una sola pila botón podría contaminar hasta 600.000 litros de agua, el equivalente a lo que beben 30 personas en toda su vida.
Por todo ello, reciclarlas es clave. No sólo para evitar en la medida de lo posible toda esa contaminación, sino también para recuperar materiales valiosos de los que están compuestas, como el zinc, el hierro o el níquel, que pueden reutilizarse en la fabricación de nuevas pilas o incluso en otros productos. Una manera de colaborar en lo que se llama economía circular, en la que tanto hincapié hacemos desde El Eco de LOS40.
Usar, reutilizar, reciclar
Aunque las pilas se han reciclado desde siempre, aún hay quien tiene dudas sobre cómo hacerlo. Y es que, aunque el proceso es sencillo, es importante hacerlo bien.
De entrada, lo que no hay que hacer: tirarlas a la basura. Aunque parezca una cuestión de sentido común, aún sigue siendo una práctica habitual. Cuando esto sucede, esas pilas acaban en vertederos o incineradoras, liberando sustancias tóxicas. Por ello, lo mejor es guardarlas en un lugar seguro, como un bote o una caja en la que acumularlas en casa sin riesgo de que se derramen.

Conviene priorizar el uso de pilas recargables, si es posible. / fmajor

Conviene priorizar el uso de pilas recargables, si es posible. / fmajor
No dejes que pase demasiado tiempo: algunas pilas se sulfatan, lo que puede derivar en fugas productos químicos puede causar irritación de las vías respiratorias, los ojos y la piel. Por eso lo mejor es llevarlas cuanto antes a un punto de recogida. Los encontrarás en muchas tiendas, supermercados y, en el caso de algunas ciudades, también en paradas de autobús. Si no localizas uno de estos lugares, lo mejor es dirigirte al punto limpio más cercano a tu domicilio: allí sabrán qué hacer con cada residuo del que necesites deshacerte.
Hay algo más que hacer: reducir el consumo de pilas desechables es una de las mejores formas de minimizar su impacto ambiental. Por eso, las pilas recargables son una gran idea, ya que pueden usarse cientos de veces antes de llegar al final de su vida útil.
En el caso de las baterías más grandes, como las de los teléfonos móviles, los ordenadores o incluso los coches, el proceso es similar. Sin embargo, no siempre es tan fácil como en el caso de las pilas pequeñas encontrar un lugar donde reciclarlas. Por ello, su destino habrá de ser, de nuevo, el punto limpio. Así contribuirás, aunque sea con un pequeño y sencillo gesto, a hacer del planeta un lugar un poco más amable.