‘Fresca’, la primera canción de Chambao para las mujeres: “No tienes que seguir ningún estereotipo, de ahí cortarme el pelo y dejarme las canas”
Hablamos con ella del 8M o del edadismo en la música
La Mari de Chambao es una de esas mujeres que tiene historia a sus espaldas y que la ha contado en sus libros. Cáncer de mama, adicciones o relaciones poco sanas, han hecho que tuviera que reconstruirse y salir del pozo en el que se había metido.
La música ha jugado un papel importante y ahora está metida en mil proyectos que van desde su gira Flamenco Chill 2025 hasta la grabación de un álbum para celebrar el próximo año sus 25 años de carrera.
Y en medio va lanzando singles, el último, llega este mismo viernes, un día antes del 8M, Día Internacional de la Mujer, y, precisamente, está dedicado a las mujeres. Fresca es un canto de libertad del que hemos querido hablar con ella.
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Llegas con Fresca, ¿para las mujeres?
Es una canción que tenía ganas de crear y de soltar. Siempre me ha dado respeto y mucho tiento en cuestión de qué escribía o para quién. Es una canción más enfocada a la mujer. Me apetecía que fuese, además de un canto de libertad, que fuese divertida y restase un poco de peso. Hace tiempo que tenía ganas de escribir este tipo de canción. En el repertorio de Chambao faltaba una canción dedicada a mí, a nosotras mismas. En realidad, es una canción que empiezo a escribirme a mí misma, es como liberar mi garganta. A nivel musical, está fea la comparación, pero me parece una continuidad de Pokito a Poko, no sé por qué, sin haberlo buscado, me recuerda a esos ritmos. Dentro hay un guiño que dice, ‘que no vale la pena andar por andar’, porque la sentía todo el rato en el oído.
Una frase muy mítica en tu carrera.
Esa frase anima al movimiento de seguir hablando y seguir haciendo camino en construir, seguir construyendo paso a paso nuestro camino hacia la naturalidad. No es ninguna reivindicación de tener ningún derecho sobre la mujer, sino que es algo que ya nos pertenece, pero sí que, desde un punto de vista, sobre todo, de incluir el masculino, para que se incorpore a esta naturalidad de este camino y deje de sonar a reivindicación y sea más una cuestión de la humanidad.
Dos ideas: No somos rivales, eso parece difícil en una industria donde históricamente se ha enfrentado a las mujeres. Leire Martínez vs Amaia Montero, por citar algún ejemplo cercano, ¿no crees?
No sé quién empezó con esto de la rivalidad de mujeres, pero sí que hay veces que lo he sentido y vivido en mi vida, no solo en el espacio laboral de la música. Desde un punto del miedo y la conveniencia de que nos dividamos, no creo que la mujer deba ser rival de la propia mujer. Al contrario, creo que somos mucho más unidad que si nos comparamos a otros sectores como el de los hombres. Sí que existe la rivalidad, pero no creo en seguir con ella dándole cancha. Para mí es más sano hacer una canción desde la sororidad que desde la rivalidad. desde la unidad y el respeto, de crear una comunidad entre nosotras y crear ese abrazo y esa escucha.
Esa sororidad la hemos notado mucho más presente en los últimos años en la industria con más apoyo entre las mujeres y más colaboraciones, ¿tú cómo has notado ese cambio?
Para colaborar me han solicitado más los hombres, supongo que, por el timbre de voz, creo. En cuestiones de trabajo, no sé otras compañeras porque no lo he hablado con ninguna, pero yo no he vivido rivalidad, al contrario, he hecho grandes amigas y compañeras como puede ser Vanesa Martín o Maui de Utrera, Vinilla Bon Bismark… muchas amigas y compañeras, Estrella Morente también, muchas. Nos damos rápidamente los teléfonos, y ‘cuenta conmigo’. Si ha habido esa rivalidad, no me he enterado.
La otra idea es que no somos perfectas… ¿cuándo pudiste asumirlo tú?
Como decía, es una canción que me empecé a escribir a mí misma. Lo de no somos perfectas, somos frescas es como encontrar una salida a mí misma de no juzgarme tanto, de darme un espacio de relax. Tranquila, puedes ser tú. No tienes que seguir ningún estereotipo. De ahí cortarme el pelo y dejarme las canas. Voy a dejar de teñirme, un poco la revolución conmigo misma. Que no importa porque hay tantas mujeres dejándose las canas que es como, esto qué importa, no es algo que sea relevante, aunque para mí sí lo es porque me libera. La verdad es muy sutil, entra en tu vida poco a poco y te vas viendo cumpliendo este tipo de estereotipos de belleza, decorosos, hasta que te plantas a ver. Lo de no somos perfectas lo digo por mí. Somos frescas, déjame en paz con la película, lo que hay alrededor de los estereotipos.
Dices que lo de las canas es irrelevante, pero seguro que más de una vez te han preguntado por qué no te tiñes.
No está normalizado que no te tiñas, que te dejes las canas, y tampoco está normalizado cuando empiezas a ver los primeros pasitos. Se toma una parte de la conversación para hablar de tu cabello. Mira que tengo colegas que tienen canas en la barba, en su cabeza y no se habla de eso. A profesora de yoga que tiene el pelo blanco y largo desde hace años le comentaba que tenía ganas de no teñírmelo más y me decía que por algún lado tendría que empezar. Lo mismo me rapo. Una de estas conversaciones que tienes con una amiga. Cuando te lo dejes te vas a dar cuenta de que hay diversas conversaciones que ocupan este tema y tiene toda la razón, me está pasando. Hay tantos temas importantes que es tan irrelevante hablar de si te ha dejado o no las canas… es verdad que no está naturalizado, es como una novedad.
Es que el tema del edadismo tiene que ver más con las mujeres, ¿te ha llegado a afectar?
Generaciones nuevas vienen empujando y que lo sigan haciendo porque es maravilloso en todos los sectores de todas las artes, pero sí es verdad que, en la música, hacerte mayor cuesta más. Cuesta más hacer discos cuesta más hacer canciones y vender entradas de conciertos. En cuanto a la venta, en cuanto a hacer, está tu creatividad. Pero siempre quieres que haya un receptor y sí que hay un poco más de trabajera en eso.
¿Más en mujeres que en hombres?
Por lo que observo, también es que son otro tipo de música. A ver cuando Kiki Morente se haga mayor a ver cómo le va, que por ahora tiene treinta y tantos. Te podría hablar también del caso de Dani Martín que, más o menos, empieza a entrar en la edad más madura, pero es otro tipo de música y está en otra esfera de seguidores, de números de todo.
Llega con el 8 de marzo en la mira, ¿con qué reflexión llegas en este 2025 respecto a este día?
La reflexión con la que llego con esta canción y sin ella también es que dentro del camino que queda por recorrer, que es bastante, también miro la otra parte recorrida y digo, qué bien. Eso ya está andado, aunque da la sensación de que todo el rato es retroceder para seguir avanzando. Hay veces que desanima un poco, pero no quiero caer en ese desánimo y sacar la bandera y decir, vamos pa’lante. Vamos a todas las manifestaciones. Creo en el seguir construyendo y seguir adelante abrazándonos a todas.
Muchas mujeres en el videoclip, ¿de tu entorno?
Sí, el videoclip ha sido pedir favores a compañeras. Las pilateras que salen es mi clase de pilates, mi profesora, que hago pilates de máquina de rutina diaria. Meterme en la sala de entrenamiento funcional era demasiado, y menos estético para el videoclip, pero hubiera estado super gracioso. Desde la cafetería donde empieza el videoclip, que más que una cafetería es un lugar al que llevo yendo mucho tiempo, allí en Málaga, en Fuengirola, de unas amigas que se llaman Inés y Rocío, donde se come muy bien y todo es por mujeres. Se está muy a gusto y hay un espacio seguro de estar ahí con nosotras, bien sea haciendo un videoclip o cualquier otro tipo de encuentro. También nos fuimos a Jerez donde está una taxista, una frutera, la madre que lleva a los nenes al cole… un poco el día a día de un montón de compañeras que están haciendo todos los días algo por ellas y por mejorar y estar a gusto. Si eres buena madres es como que no te priorizas y vamos a dejar ya esta historia a un lado, que ser buena madre es priorizarte y ser buena persona, no tiene nada que ver con el egoísmo. Son estereotipos que están todo el rato ahí dando la vuelta.
