Crítica de ‘Mayhem’ de Lady Gaga: un buen disco pop que se pierde en el océano de las expectativas
En LOS40 analizamos el séptimo álbum de estudio de la popstar

Lady Gaga en el videoclip de 'Disease' / Jasmine Safaeian @yasi
Si la música pop fuera una religión, Lady Gaga sería un dogma. Lo que hace es de carácter casi indiscutible y su fanaticada – los apasionados little monsters – un ejército de creyentes que permanece tanto en tiempos de vacas flacas como en época de bonanza. La Germanotta saca el séptimo álbum de su carrera en un momento en el que los números la amparan como nunca. En Spotify suma la cifra de 123 millones de oyentes mensuales. El dato es irrefutable, pero no solo es eso. Más allá del fenómeno mundial que ha sido Die With A Smile (con Bruno Mars), Lady Gaga ha sabido fijar este comeback, Mayhem, después del fracaso de su última película – Joker: Folie à Deux – después de alimentar el hype asegurando que volvía a sus orígenes, a los discos que la encumbraron como la popstar más importante de su generación: The Fame, The Fame Monster y Born This Way. A veces, de lo que se dice a lo que luego es, hay una diferencia. ¿Ha mentido Lady Gaga? No, ha hecho un disco pop, tal y como prometió. ¿Ha vuelto a sus orígenes? Mmmm, tampoco.
De alguna manera, salvo alguna que otra excepción, Mayhem se divide en tres actos o partes, sobre todo si hablamos del sonido. El primer acto va de Disease a Perfect Celebrity y es el que más se acerca a saciar el hambre nostálgico del fan. Son las canciones que más beben del pop oscuro y elevado con el que Lady Gaga dejó de ser una aspirante y se convirtió en una figura clave en la industria global (y para la mitad de los adolescentes de buena parte del mundo). Esas primeras canciones, especialmente Perfect Celebrity, son un sí absoluto. Lo que viene a continuación no tanto. El segundo acto – marcado entre Vanish Into You y Shadow of a Man (y sin contar la rockera y estupenda Killah) – es el que, seguramente, más le interese a la propia Gaga, a mí un poco menos, la verdad. Aquí la cantante se enreda en la música disco con ciertas “reminiscencias” a Joanne. Es como si hubiera querido hacer su propio Future Nostalgia, pero se hubiera quedado a medio camino porque necesitaba meter ese pop/rock suyo que tanto le tira. Ninguna destaca especialmente y se hace un poco monótono. Aun así, Don’t Call Tonight y Shadow of a Man son bastante disfrutables.

Lady Gaga en una foto promocional de 'Mayhem'

Lady Gaga en una foto promocional de 'Mayhem'
Queda el tercer y último acto. Confieso que, en un primer momento, lo de incluir Die With A Smile en el disco lo veía más como un movimiento desesperado por contabilizar streams y asegurarse un buen resultado – un buen titular – que otra cosa. Sin embargo, Lady Gaga ha preferido acorralar las baladas en la última parte del disco, al menos de la versión estándar. Esto excusa a Die With A Smile, y se mantiene como la balada más importante del disco. Blade of Grass tiene su aquel, apunta maneras, pero no puede hacerla sombra a la colaboración con Bruno Mars. Tampoco supera a Million Reasons.

Decir que Mayhem me ha decepcionado sería un despropósito y completamente injusto para la pobre Lady Gaga. Defenderé cualquier disco que haga siempre y cuando no vuelva al jazz o haga una segunda parte de Harlequin. Mi problema tiene más que ver con las expectativas. Esperaba encontrarme un sucesor natural de Born This Way. Abracadabra – la mejor pista del tracklist – apuntaba a ello, pero no ha sido así. Mayhem no es lo que quería, pero sigue siendo un trabajo perfectamente producido con una Gaga perfecta. Ahora, si me toca comparar, me quedo con el tridente de su discografía: The Fame, The Fame Monster y Born This Way. Si me toca comparar, Chromatica es un trabajo muy superior a Mayhem.
Mi Top 3:
- Abracadabra
- Perfect Celebrity
- Garden of Eden