Michael Jackson, el hombre enmascarado, solo quería jugar en la nieve con sus hijos
De niña, su hija Paris se sentía “verdaderamente confundida” cuando tenía que llevar velo o máscara. Pero después lo entendió.

Michael Jackson con el rostro cubierto por una máscara y gafas de sol, el 30 de junio de 1999 en París. / GARFIELD
Ocurrió en Aspen, Colorado. Un misterioso cliente, con una extraña indumentaria, puso en alerta a los empleados de unos famosos grandes almacenes. Llevaba la cabeza embutida en una máscara de esquí. Gafas de sol. Gorro de piel. Mono azul eléctrico. Preocupados, llamaron a la policía. Los agentes detuvieron al sospechoso y le pidieron que se identificara. El hombre se retiró la máscara. Era Michael Jackson. Estaba allí de vacaciones con sus hijos.
En 2004, Michael Jackson accedió a los deseos de sus hijos - Prince (7 años), Paris (6 años) y Blanket (2 años). Le pidieron ir a ver la nieve y jugar con ella. Y reservó un lujoso rancho de montaña en Old Snowmass, cerca de Aspen (Colorado).
El artista, que mantenía un perfil bajo, muy discreto, en su afán de pasar desapercibido, no tuvo más remedio que anunciar su visita. El 20 de Febrero de 2004, su portavoz Raymone Bain, emitió una nota de prensa desmintiendo los rumores de que su llegada a Aspen se debía a que había ingresado en una clínica de desintoxicación. Incluso el cantante tuvo que negarlo: “Estoy horrorizado. Permitidme dejar claro que no he ingresado en ningún centro de rehabilitación en Aspen, Colorado”, decía el comunicado del cantante. “Estoy aquí para pasar unos días con mis hijos. Me siento indignado con estos rumores constantes”, publicaba la BBC
Mr. Bain recalcaba: “Los hijos de Michael le pidieron hace unos días que les gustaría ver la nieve y jugar. Mr. Jackson estaba disfrutando de sus vacaciones hasta que alguien, deliberada y cruelmente, empezó a divulgar el bulo".
Un día, a Jackson se le ocurrió ir de compras a los populares grandes almacenes Wal-Mart. Hizo lo que hacía siempre que se exponía en público. Taparse de arriba abajo. Esta vez se colocó un amplio mono azul eléctrico, deportivas plateadas, y se cubrió la cabeza completamente con pasamontañas o máscara de esquí, gorro de piel y gafas oscuras. Irreconocible.
Y así, de esta guisa, pretendía no llamar la atención. Pero, obviamente, no lo consiguió. Los empleados del establecimiento miraron con recelo a ese cliente enmascarado. Además, hacía solo un año y medio un empleado de la tienda había sido disparado y asesinado por un hombre que llevaba una gorra negra de béisbol. Ese incidente permanecía en las mentes de los trabajadores del centro comercial cuando vieron al misterioso hombre del mono azul.
Según Bill Kimminau, teniente de policía de Glenwood Springs, un empleado no identificado llamó a la policía a las 11:45 a.m. para denunciar la presencia de dos clientes con las caras cubiertas con máscaras de esquí. Dijo que estaba preocupado. Cuando los agentes llegaron, Michael ya había salido del centro comercial. Pero les proporcionaron la descripción del vehículo en el que viajaba. Minutos después, localizaron el Range Rover negro y procedieron a detenerlo para interrogar a los ocupantes.
Cuando las autoridades le pidieron que se identificara, Jackson, que iba sentado en el asiento del copiloto, se retiró la máscara. No hizo falta nada más. “Descubrimos que no había ningún problema delictivo ni nada por el estilo y siguieron hacia Aspen”, declaró Kimminau al Glenwood Post Independent. Y añadió que habían recibido “alrededor de 6.000 llamadas” de medios de comunicación de todo el país buscando información sobre el incidente de Michael Jackson.
El portavoz de Jackson, Raymone Bain, corroboró que el incidente había sido una tontería. "El coche de policía le apartó a un lado y solo pidió a Michael que mostrara su cara. Él lo hizo, y eso fue todo. No hubo altercados ni ningún otro tipo de enfrentamiento", publicaba Today.
Por todos era sabido que Michael solía utilizar una gran variedad de disfraces para aparecer en público. Unas veces, para ponerse a salvo de sus fans. Otras, para estar junto a ellos sin ser reconocido. Una vez, en una tienda de discos, se puso una camiseta rota y unos zapatos sucios y se hizo pasar por un mendigo. Confesó que lo hacía para mezclarse con la gente y experimentar lo mismo que ellos alterando su apariencia. Pero, a menudo, sus atuendos eran estrambóticos y nada convincentes. Fue el caso de su máscara en Aspen o de la peluca, el bigote y los dientes falsos que se puso en una joyería.
Su hija Paris, en una entrevista con Oprah Winfrey en 2012, desveló que estaba "verdaderamente confundida" teniendo que llevar un velo o una máscara en público cuando era una niña: "Pero ahora entiendo por qué mi papá quería que cubriéramos nuestras caras. Cuando salíamos sin él, no teníamos que ser reconocidos”.