Crónica: Amaia, gracias, abrí los ojos y era real
El concierto más grande de la artista en Madrid duró dos horas y contó con Aitana como invitada sorpresa
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La cantante Amaia tocando el piano en su concierto en el Movistar Arena de Madrid. / Europa Press News
Desde que Amaia estrenó Si abro los ojos no es real, no podemos pensar en otra cosa. Cada vez que empezamos el día escuchando un poco de indie, seguimos con algo más pop electrónico, alternativo, un par de bachatas, ¿por qué no? Pero todo va a parar al mismo destino: Amaia. Algo así sintió el público de Madrid al vivir el directo de la pamplonica la noche del domingo, una mezcla de sonidos, sentimiento y emoción que convirtió el Movistar Arena en el punto de encuentro del concierto más bonito. "Es el concierto más grande que he hecho", anunciaba apenas unos minutos después de comenzar.
El recién renombrado recinto madrileño recibió la música de Amaia Romero con los brazos abiertos y la piel de gallina. Eran las nueve de la noche, pero dentro del Movistar Arena parecía estar cayendo perseidas cuando la cantante apareció en el escenario acompañada por el tema que también pone en marcha su disco, Visión.
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La cantante Amaia en su concierto en Movistar Arena de Madrid. / Europa Press News
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La cantante Amaia en su concierto en Movistar Arena de Madrid. / Europa Press News
Con Tocotó dio por comenzado el espectáculo en su totalidad. Es casualidad que pasase el sábado por la tarde viendo una película de Marisol, y horas más tarde escuchar en directo a una de las voces más conocidas de nuestro país interpretar eses famoso Corre, corre caballito. Es curioso el duende en casi medio siglo de diferencia, porque muchos ven el parecido, y ella no deja pasar desapercibido que en su infancia bebió de las películas de la gran Pepa Flores.
Allí el público no estaba para demostrar que se sabía una coreografía -aunque ojalá la de Stella Maris-, allí el público iba a disfrutar de música en todos los sentidos, en silencio, casi sin suspirar. A veces, casi sin cantar, solo para escuchar la voz de la joven de 26 años.
Sin detalle que se le escape
Su último disco fue protagonista de la noche también con Magia en Benidorm, Nanai, C'est La Vie, Ya está, Fantasma, Despedida y Giratutto, con un público cien por cien entregado que en apenas tres semanas se sabe cada una de sus notas. Vimos a una Amaia divertida, entregada, artista, bailarina y también algo tímida. Pero, como siempre, no hay detalle que se le escape.
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Amaia, durante su actuación en el Sant Jordi Club de Barcelona dentro de su gira Si abro los ojos no es real / Xavi Torrent
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Amaia, durante su actuación en el Sant Jordi Club de Barcelona dentro de su gira Si abro los ojos no es real / Xavi Torrent
Su madre, aquella que una vez ordenó aquel armario, esta vez aparece para ordenar el ciclo de la vida. Lo cantó en Auxiliar y M.A.P.S: podemos crecer y seguir necesitando su calor, podemos darle importancia solo a lo importante, despreocupándola de lo que dicen los demás. Y con estas dos canciones el público no se quedó callado porque ya forman parte de aquellos obligatorios de cantar.
Como un viaje en el tiempo, la artista no se olvidó del que fue su primer single, El Relámpago, y quiso tocarlo sentada en el piano en el que ha sido el concierto más grande de su carrera. Así, viajó al pasado para cantar también Nuevo verano y Quiero que vengas e invitó al público a saltar, cantar y gritar con ella en el especial Yo invito.
Versiones impecables y el reencuentro con Aitana
Desde aquel Felices los 4 de Maluma con el que Amaia sorprendió a sus seguidores allá por 2018 en el Teatro Real, inertes por no saber qué iban a encontrar en un directo de aquella recién ganadora, a seguir ganando en calidad musical con un show impecable donde los haya este domingo. La navarra cantó el icónico tema de Papá Levante, Me pongo colorada, y homenajeó a Federico García Lorca con Zorongo gitano. Ver a Amaia cantar temas de otros artistas se ha convertido en un must en sus conciertos. Ella misma lo sabe y lo dijo: "Se me da muy bien hacer versiones".
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La cantante Amaia en su concierto en Movistar Arena de Madrid. / Europa Press News
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La cantante Amaia en su concierto en Movistar Arena de Madrid. / Europa Press News
Aunque el momento más emocionante fue tras El encuentro, cuando comenzó a sonar a La canción que no quiero cantarte que comparte con Aitana. El público chilló por lo que podía venirse y así fue: en la segunda estrofa entró a cantar, como si todo el mundo supiera lo que iba a suceder. La catalana acompañó a su amiga encima del escenario para bailar y cantar la divertida canción, por primera vez en directo y en concierto.
Su música se acordó de su tierra con Yamaguchi, recordó a su abuela con Despedida, presentó la sensación de un nuevo amor en Tengo un pensamiento, y nos volvió a repetir a todos que estamos Bienvenidos al show que queremos repetir siempre Amaia sea la protagonista. Y así terminó la noche, con una canción de bienvenida a su nueva era.
Amor en todos los sentidos: propio, familiar, romántico. Amaia transmitió sobre el escenario la esencia de una pasión, la historia de cada una de sus letras y el resultado de un proyecto cocinado a fuego lento, pero sobre todo, en el camino que la propia artista ha querido marcar en su siempre impecable punto profesional. Amaia, gracias, al terminar el concierto, abrí los ojos y era real. Y menos mal.