Anna Castillo desvela cuál es el único retoque estético que se ha hecho y lo que algunos critican de ella
Llega a ‘La Revuelta’ pare presentar su nueva serie en Amazon Prime, ‘Su Majestad’
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Anna Castillo visita 'La Revuelta'. / RTVE
Anna Castillo llegaba a La Revuelta hablando del paso del tiempo. Ahora tiene 31 años, normalmente la echan menos edad, aunque aseguraba que le hubiera dado a pausa en los 29 que fue su gran año. Y este tema les llevaba a hablar de retoques estéticas y la actriz confesó que este año ha comenzado a ponerse vitaminas en la cara.
En cuanto a los resultados, confirmaba que te deja “como mejor cara, pero no te modifica la cara, ni te paraliza, ni te rellena. Un poquito de glow. Dicen que a partir de los 30 hay que empezar a ponerse estas cosas”.
Zanjado el tema pasaban al regalo, un termo que se hizo viral porque se quemó un coche y ese termo permaneció inquebrantable y el hielo que tenía dentro, seguía siendo hielo. El de David Broncano llevaba una pegatina del personaje de Anna en Su Majestad, de Amazon Prime.
El presentador, a cambio, le daba una chaquetilla de chef que le había sobrado de un sketch del día anterior y fue la excusa para que la actriz contara que, si no se hubiera dedicado a lo que se dedica, le hubiera gustado hacer algo relacionado con lo gastronómico.
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Hubo tiempo para las anécdotas familiares, como esa en la que los 7 hermanos y 7 primos entre 7 y 11 años, emborracharon al más pequeño y sus abuelos se volvieron locos con lo que habían hecho.
Con cuatro nominaciones a los Goya y un cabezón en su poder, siente el cariño del público y, aunque reconocía que había personas a las que no les agrada su voz, en general, no tiene haters. “Hay mucho morbo en el odio. Cuando hay gente que no puedes soportar, pero no puedes dejar de verla, tiene un nombre”, comentaba antes de reconocer que eso le pasa con algunas blogueras, “me da tirria, pero lo veo”.
Anna Castillo presenta Su Majestad
Y sí, hablaron de su serie, Su Majestad, en la que da vida a una princesa frívola, altiva e insolente que, tras salir a la luz ciertos pufos de su padre –el rey de España- tiene que hacerse cargo de las obligaciones reales. “Es ficción”, dejaba claro, generando las risas en el teatro.
Una serie que se empezó a gestar en 2019. “Está ambientado en la familia real española, también en la familia real inglesa o de otros lugares de Europa y habla en general de la institución y la tradición”, explicaba.
Hubo un tiempo en el que no se podía hablar mucho de la monarquía. “Es importante reírnos de nosotros mismos y del país que somos, de dónde venimos, la herencia que tenemos, hacía falta”, opinaba. Una serie que le ha llevado a vivir experiencias únicas como pinchar el himno de España en Barceló.
Las preguntas clásicas
Anna no se libraba de las preguntas clásicas. En cuanto al dinero reconocía que tenía bastante en el banco, pero contaba que tiene dos hipotecas y “cada vez que entra pasta, amortizo”. Acabó reconociendo que, en patrimonio, si vendiera sus casas, tendría como un millón de euros.
En cuanto al sexo, confirmó que no está en el punto que comentó Rigoberta
Bandini de que, cuando llevas mucho tiempo con tu pareja, el sexo te apetece menos. “Yo no estoy todavía ahí, me apetece, me sale natural”, confesaba, “no soy muy mañanera, muy de siesta, muy de noche, hay algo de romantizar el sexo por la noche que me gusta, me parece bonito el mundo luz tenue de noche”.
En cuanto a la nueva pregunta sobre si es más machista o racista, confirmaba que, por ser mujer, se ha deconstruido más en el machismo que en el racismo. Y así se fue del programa con su entrevista grabada en mp3.