Amaral con Marc Giró en una conversación sobre pedorretas, tangas, melones o el hueso que casi le cuesta la vida a Eva
Ambos se pasan por el programa de Marc Giró en RTVE y desvelan varias anécdotas curiosas
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Amaral charla con Marc Giró sobre su nuevo disco, 'Dolce Vita', en 'LateXou'. / RTVE
Amaral acaba de lanzar Dolce Vita, su primer disco en seis años y se han acercado a charlar de él con Marc Giró en LateXou. Y ya sabemos que este programa es de todo menos previsible y eso ha propiciado que nos enteremos de varias curiosidades sobre el dúo zaragozano que nos han llamado la atención. Y no, no tienen que ver con su actuación en el Benidorm Fest que tanto nos gustó.
El melón Amaral
Para empezar, Eva contaba que mientras estaban en los Goya, se le acercó una mujer en el hotel que le explicó que su marido era un ingeniero agrónomo le puso su nombre a una semilla de melón que creó en 1998. Así que, probablemente más de uno nos hayamos comido un Amaral sin saberlo.
Vivir de los conciertos
Otra de las curiosidades pasaba por saber de qué han vivido estos seis años sin disco. Y la respuesta era imaginable, de los directos. Juan Aguirre comentaba que apenas han estado en casa estos años y que el disco tendría que haber salido antes, “pero nos hemos ido liando y liando y alguien nos puso de freno y nos dijo que la gira tendría que terminar y el disco tendría que salir”.
El grito de guerra
También hablaron del ritual previo a sus conciertos que, según explicaba Eva, “se ha ido transformando a lo largo de los años y de las giras y de los conciertos. Al principio, simplemente gritar como si fuéramos gorilas, nos abrazábamos y saltábamos unos encima de otros, de milagro no salíamos lesionados al escenario. Ahora se ha convertido en una cosa parecida, pero damos palmitas con todo el equipo”. Marc Giró concluyó que el grupo se “ha amariconado”, y no lo negaron.
“En esos momentos hay un subidón de adrenalina y una especie de miedo escénico que desaparece cuando coges la guitarra o Eva empieza a escucharse justo antes de que se abra el telón”, contaba Juan, aunque les costó compartir cuál era su grito de guerra: UPYD.
Las pedorretas de Eva
Aunque si hubo un momento divertido, fue el que nos permitió ver a Eva Amaral haciendo pedorretas al ritmo de las canciones que iba sugiriendo el presentador que iban desde Duro de pelar de Rebeca a Sin ti no soy nada de ellos pasando por la sintonía de Informe Semanal.
Los tangas desterrados
Y puestos a seguir descubriendo curiosidades del grupo, Marc Giró tenía información sobre los tangas que se niega a utilizar Eva en sus conciertos y en su vida en general. “No lo veo muy cómodo”, añadía Juan.
Eva contaba que solía llevar bragas de licra que compraba en tiendas de danza, “porque eran así muy recogiditas, pero eran de licra y las llevé a Estirando el chicle y ellas me dijeron, ‘uy, con este te tiene que sudar el papo una barbaridad’. Efectivamente se suda mucho y ahora llevo unas de algodón igual de recogiditas”.
Juan confesó que él suele usar bóxer, pero que, “a veces, has calculado mal cuando haces la maleta y sales a tocar sin ropa interior, pero son las menos de las veces porque me he acostumbrado a planificar las cosas mejor”.
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Las mentiras de Juan
Otra cosa que hemos descubierto de Eva y Juan es su coleccionismo de instrumentos y el guitarrista alegó que las líneas aéreas últimamente no ayudan en eso. Contó la anécdota de un vuelo de Nashville a Miami en el que llevaba un par de guitarras que había comprado y no se las dejaban meter en el avión, tenían que ir a bodega. Acabó diciendo a la azafata que no podía separarse de ellas porque era el último recuerdo que tenía de su abuelo. Una mentira que surtió efecto.
“Mentí porque prefería ir yo en la bodega antes que el instrumento”, aseguraba Juan.
Los pájaros de Eva
Eva, que ahora vive rodeada de naturaleza, casi muere por un pato: “Eso me pasa por comer pájaros. estábamos en un restaurante chino, no llevaba las gafas, que me las tengo que poner para comer porque no veo, me metí un trozo de pato en la boca con un hueso astillado y se me clavó en la garganta, no iba para delante ni para atrás”.
Tuvo que ir al hospital y acabó vomitando. No sabían si lo había tragado o había salido y le hicieron una endoscopia. Se tuvo que quedar ingresada, “casi muero”.
Eso sí, tuvo la oportunidad de demostrar sus conocimientos sobre aves jugando con imágenes.
No faltó una actuación que demostró que sus nuevas canciones siguen destilando la calidad de siempre.
Se hizo esperar, pero mereció la pena.