45 años sin Bon Scott (AC/DC): así fueron sus últimas horas de vida
El 19 de febrero de 1980 su cuerpo inerte fue encontrado en un coche en Londres
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Bon Scott, en el concierto de AC/DC en el festival de Reading (Reino Unido) en 1976. / Roger Morton PHOTOGRAPHER
A las ocho menos cuarto de la tarde del 19 de febrero de 1980, el cuerpo sin vida de Bon Scottfue encontrado en el asiento de copiloto, reclinado por completo, de un Renault 5 aparcado a la puerta de la casa donde se alojaba en Londres, en Westminster. Scott era el cantante de los australianos AC/DC, ya entonces una de las bandas más grandes de hard rock; su último disco hasta esa fecha, Highway to hell, que contenía el clásico de mismo título, había sido top diez en Reino Unido y top veinte en Estados Unidos. En la cima de su carrera, Scott era un vocalista de enorme popularidad, cuyo fallecimiento conmocionó a músicos, prensa y aficionados.
Aquel febrero, AC/DC estaban grabando unas maquetas en Londres para su siguiente disco, Back in black. Llegada la noche del día 18, Scott, aburrido en la capital británica, tiró de agenda para salir esa noche. Llamó a sus amigos de Trust, grupo francés cuyos temas el propio Scott estaba adaptando al inglés; pero un compromiso profesional (iban a recibir un disco de oro) les impedía hacer otros planes. Llamó a una exnovia, Silver Smith, quien le dijo que no le apetecía salir. Finalmente, un antiguo compañero de piso de Silver y conocido de Scott, un tal Alistair Kinnear, lo telefoneó a instancias de ella para ir a ver a Lonesome No More (banda en la que empezó el guitarrista Billy Duffy, posteriormente en The Cult) en el club Music Machine, hoy conocido como KOKO, en Camden.
Empieza así la última noche de Bon Scott. Alistair asegura que cuando fue a recogerlo lo encontró ya algo entonado. Nada más llegar al garito, Scott se embuchó cuatro chupitos de whisky. Cuando terminó el concierto, Alistair metió a un mareado Scott en su Renault 5 con intención de devolverlo a su casa. En el trayecto, el cantante se durmió profundamente… para no despertar jamás.
Eso aún no lo sabía Alistair, quien al llegar a casa de Scott, salió del vehículo, dejando a su compañero dentro, y llamó al timbre, pero Anna, la chica que convivía con Bon, no estaba, y no pudo acceder a la vivienda. De regreso al coche, Alistair sopesó el llevar al narcotizado Bon a su propia casa, pero se dio cuenta que no podría sacarlo del coche y cargarlo él solo hasta arriba, por lo que optó por reclinar el asiento todo lo que pudo y echarle una manta por encima —la noche londinense es fría a mediados de febrero—, sobre la que colocó un papelito con su dirección y su número de teléfono. Y se fue a su cama a dormir.
Recuerda Alistair que a eso de las once de la mañana del día 19 recibió la visita de un amigo, quien lo despertó de su resacoso sueño, momento en que él se acordó de Bon y le pidió que fuera a ver cómo estaba, indicándole dónde había aparcado el coche. El amigo regresó asegurando que Bon no estaba en el Renault; Alistair dedujo que el cantante se habría espabilado y habría subido a su casa, donde estaría descansando plácidamente. Pero lo que dijo ese amigo no era verdad.
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Un poco antes de las ocho de la tarde, Alistair fue a coger su coche y descubrió horrizado que Bon Scott seguía allí, tumbado como lo había dejado la noche antes (no caído sobre el cambio de marchas, como se rumoreó) y no respiraba. Lo llevó raudo al hospital King’s College, donde lo único que pudieron hacer fue certificar su defunción. Tenía 33 años.
El 22 de febrero, sir Montague Levine, ayudante del juez de instrucción del sur de Londres, realizó la autopsia al cadáver y decretó que la causa de la muerte había sido una “intoxicación etílica aguda”. Calculó que esa aciaga noche había bebido media botella de whisky. ¿Había algo más? Empezaron entonces las habladurías: una perforación en un pulmón, producto de una pelea, podría haber sido crucial en el desenlace; se dijo que aparte de alcohol debía de haber consumido drogas; que la posición en que quedó dormido obstruyó las vías respiratorias y se ahogó en su propio vómito (lo que nunca se demostró)…
El día 28 sus restos fueron repatriados a Australia y el 29 incinerados. Sus compañeros de AC/DC lo despidieron en el funeral. El 25 de marzo probaron a Brian Johnson, de Geordie, como nuevo cantante; lo aceptaron, grabó Back in blacky todos los siguientes discos hasta el presente.