Peter Gabriel cumple 75: el camaleónico icono de los setenta que triunfó como solista en los ochenta
Su larga carrera, tanto en Genesis como en solitario, está plagada de éxitos
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Peter Gabriel, en los premios Ivor Novello, en mayo de 2022. / Dave J Hogan
Adjetivos como “único” e “incomparable”, que a menudo se regalan para hablar de estrellas del rock que no son únicas ni incomparables, encajan a la perfección para describir a Peter Gabriel, un artista que hizo cosas que nadie más ha hecho y de una forma que no tiene parangón. Su timbre de voz, ligeramente metálico, se reconoce al segundo de escucharlo; además, Gabriel fue pionero en introducir un componente teatral en sus actuaciones en directo, utilizando disfraces y maquillaje para encarnar a los diferentes personajes de que hablaban sus canciones. Su papel difundiendo música de otros continentes, a menudo minoritaria, a través de su sello Real World y los festivales WOMAD, lo presenta como un músico comprometido con el arte como pocos ha habido.
Aun así, Peter Gabriel está en el otoño de su carrera. Este 13 de febrero cumple 75 años (nació ese día de 1950 en la localidad inglesa de Chobham, en Surrey) y no se prodiga demasiado discográficamente hablando: en 2023 publicó el que es de momento su último disco, I/O,que rompía nada menos que doce años de silencio. En ese periodo ha estado más involucrado en sus proyectos paralelos y en campañas sociales, abogando por la solución del conflicto entre Israel y Palestina y criticando el asedio de Turquía a la población armenia.
Al contrario que muchos músicos que empezaron en la década de los sesenta, Gabriel ha sabido reinventarse con el paso de los años. En 1965 formó Genesis con varios amigos del colegio, niños bien con él, y en 1968 publicaron su primer disco, From Genesis to Revelation, creando un nuevo sonido que, junto con el de otras bandas coetáneas, se denominó rock progresivo. Las canciones ya no seguían el formato tradicional de tres minutos: podían abarcar una cara entera del vinilo y tenían estructuras intrincadas, con cambios de paisajes y ritmos y largos pasajes instrumentales. Genesis fueron uno de los grandes del género, en el que también despuntaron Pink Floyd, King Crimson y Yes.
Pero tras varios álbumes de enorme éxito, en 1975 abandonó la formación para iniciar una carrera como solista, dejando a sus compañeros en difícil brete. Como es sabido, el batería Phil Collins (que no solo hacía coros sino que cantaba partes de algunos temas) asumió las labores de vocalista, y de manera magistral. Por su parte, Gabriel lanzó cuatro discos sin título y así se adentró en la década de los ochenta, cuando inopinadamente se convirtió en uno de los grandes del pop-rock. Dos discos tienen la “culpa” de ese sorprendente renacer: So,de 1986, y Us,de 1992. El primero contenía varios temas indispensables, como Red rain, el bailable Sledgehammer y la emotiva balada Don’t give up, a dúo con Kate Bush. El segundo brillaba con Come talk to me y Blood of Eden (ambos en colaboración con Sinéad O’Connor), Digging in the dirt y Kiss that frog.
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Menos conocida es la faceta donjuanesca del Sr. Gabriel, quien mantuvo una relación sentimental intermitente con la esquiva O’Connor y salió varios años con la actriz estadounidense Rosanna Arquette. Tiene cuatro hijos, dos de su primer matrimonio (con Jil Moore, hija de un aristócrata inglés) y otros dos del más reciente, con Meabh Flynn.
En una ocasión tuve el privilegio de charlar con Peter Gabriel en sus estudios Real World, un complejo de varios edificios de estética rural perdido en la campiña inglesa. En aquella ocasión demostró ser un hombre extremadamente educado y de talante gentil—él mismo me hizo un tour por las instalaciones, mientras explicaba todos sus detalles— que vive la música con inusitada pasión. Esperemos que ahora que cumple 75 siga teniendo mucho que aportar en su oficio.