El entorno de Liam Payne habla de consumo de drogas, depresión, rehabilitaciones fallidas...
Un reportaje de Rolling Stone dibuja un último año del artista casi infernal
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Homenaje póstumo a Liam Payne / Christopher Furlong
No es oro todo lo que luce. Y ni el éxito, ni la fama, ni el reconocimiento mundial pudieron hacer entender eso a un Liam Payne que en el último año de su vida vivió casi un infierno en una espiral de drogas, depresión, rehabilitaciones fallidas y más.
"Al principio, fue el consumo de drogas y las adicciones lo que nos separó. Cualquiera que haya estado con un adicto entiende lo difícil que es Aunque lo amaba profundamente, hizo cosas que me lastimaron de maneras que nunca entenderé del todo, y continuó lastimándome años después de que rompimos. Con las drogas, se convirtió en alguien irreconocible, muy diferente de su yo sobrio. Seguí esperando que cada incidente fuera una llamada de atención para que buscara ayuda, pero nunca lo fue" dijo a la revista Rolling Stone la ex de Payne, la modelo Maya Henry. Uno de los testimonios que constituyen un dibujo terrorífico de sus últimos meses de vida.
“Me puse en situaciones que eran peligrosas y dañinas, ignorando cada señal de alerta. Sabía que había partes de él con las que estaba luchando, partes de su identidad que no estaba listo para enfrentar por completo, incluso dentro de nuestra relación… Al final, no fueron solo las traiciones o las adicciones las que nos rompieron, fue darme cuenta de que había pasado años en algo que nunca fue lo que pensé que era. No lo culpo por sus luchas" confirmó la ex pareja del 1D.
Un episodio de los varios incidentes que se cuentan en las memorias de su ex y que incluye varios intentos de rehabilitación e incluso algún episodio cercano a la muerte con resucitación según estas fuentes.
"Si eres un artista como Liam, que acaba de salir de One Direction, no tienes tiempo para detenerte y tomarte tres años para hacer el tipo de trabajo terapéutico que podrías esperar. Tienes que seguir adelante" dijo a la Rolling Stone su entrenador de sobriedad, Chip Somers.
Con una salud mental muy debilitada, la pérdida de su sello tras las bajas ventas de su proyecto y el consumo de drogas nos llevaron a la fatídica tarde-noche de su muerte. Según el masajista Daniel Salinas "estaba completamente drogado. Tuvimos que agarrarlo porque no había forma de llevarlo de pie".
La noche de su muerte, Payne había consumido varias sustancias, incluyendo alcohol, cocaína y antidepresivos según los informes toxicológicos. La combinación de estas sustancias y la falta de supervisión adecuada resultaron letales.
DEP