¿El viaje de Leiva llega a su fin? 'El polvo de los días raros' completa la tetralogía de 'Gigante'
La gran pregunta es...: ¿Y ahora qué?
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4/4. El polvo de los días raros ha completado la tetralogía de canciones y videoclips rodados en planos secuencia en el que hemos acompañado a Leiva en una especie de viaje hacia el autodescubrimiento. Tras el estreno de su nuevo videoclip la gran pregunta es...: ¿Y ahora qué?
Pues parece, por lo que el propio solista madrileño ha confirmado en sus redes sociales, que falta la última pieza de este rompecabezas compuesto por Gigante, Bajo presión, Ángulo muerto y El polvo de los días raros. Cuatro singles para empezar a presentar su nuevo álbum en solitario que se completará con "una última bala" como él mismo definió al que será su quinta canción antes del lanzamiento del disco al completo.
En El polvo de los días raros Leiva vuelve al color de la mano de los directores Zipi, Gonzaga Echegaray y Juan Sevilla con la producción para el vídeo de Blur. Una canción en la que ha trabajado junto a Carlos Raya en la producción y con la composición del propio Leiva.
Una canción que va a tener muy distintas interpretaciones para muchxs incluyendo esa referencia a "ese polvo de los días raros" que no tiene nada de referencia sexual y que puede ser tomado como esa adicción que llega a través del olfato.
"Con esta canción termino la serie de vídeos encadenados en plano secuencia. Aún quedará una canción más por salir antes de que se publique el disco entero. Una última bala muy especial" escribió en sus redes. Cada vez falta menos para llegar a Gigante...
Esta es la letra de El polvo de los días raros de Leiva:
Se me duerme el cielo de la boca,
el mundo de ayer ya no me pertenece,
creo que odio la ciudad,
estoy perdiendo peso.
Voy equilibrando, aunque la angustia crece,
estoy sufriendo 24/7.
No lo termino de encontrar,
nunca hay contrapeso.
Hemos entrado en modo circular,
la bola crece.
Se terminó nuestra versión fatal
un martes 13.
Todo esto, al fin y al cabo
no es nada personal.
Mendigarte un simple abrazo
se hace demasiado hostil.
Juanchito ya no vive aquí,
es un verano extraño.
De repente, la ciudad
huele demasiado a ti.
Una minúscula señal,
un movimiento claro.
Proyectarme en los demás
se hace demasiado hostil.
El duelo suele ser así,
un algoritmo exacto.
De repente, la ciudad
huele demasiado a ti.
Estoy a varias millas de encajarlo,
el miedo sigue dominando.
De repente, la ciudad
huele demasiado a ti.
Estoy guardando un luto medio extraño
y no me veo en el mercado.
De repente, la ciudad
huele demasiado a ti.
He dado volteretas por tu barrio
y te he buscado en los tejados.
De repente, la ciudad
huele demasiado a ti.
A veces he esnifado desquiciado
el polvo de los días raros.
De repente, la ciudad
huele demasiado a ti.
Huele demasiado.
Nanananananananana nananananana
De repente, la ciudad
huele demasiado a ti.
Nanananananananana nananananana
De repente, la ciudad
huele demasiado.
Huele demasiado a ti.
Huele demasiado.
Huele demasiado a ti
Huele demasiado.