Aitana Sánchez Gijón desvela el regalo que le hizo Richard Gere que marcó el resto de su vida
Era su crush desde que era adolescente y pudo conocerlo en persona cuando tenía 20 años
Este fin de semana se entregan los Premios Goya y una de las que ya tiene cabezón asegurado es Aitana Sánchez Gijón que recibirá el Goya de Honor 2025. Y con ese reconocimiento ha llegado a La Revuelta donde ha hablado, entre otras cosas, del gran crush de su vida.
Otro premio que ya está dado de antemano es el Goya Internacional que este año va a parar a manos de Richard Gere que, casualmente, es el gran crush de la vida de la actriz que de adolescente tenía su cuarto y sus carpetas forrados con sus fotos.
La actriz no dudó en contar que cuando tenía 16 años iba de manera compulsiva a ver sus películas con su amiga Almudena. Y tan solo cuatro años después, justo después de haber rodado Bajarse al moro, coincidió en la sala de doblaje con Antonio Banderas sabiendo que había salido de fiesta con Gere que andaba por Madrid en ese momento.
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El encuentro de Aitana Sánchez Gijón con su crush
“De repente, me llama mi agente al teléfono y me dice, ¿estás sentada? No. Pues siéntate. ¡Richard Gere te quiere conocer! Está aquí porque están buscando actrices para un proyecto, una peli, alguien le ha enseñado tu foto, le han hablado de ti y te quiere conocer”, contaba.
Y al día siguiente que se fue a conocerle a su hotel, nada más y nada menos que el Ritz. “Subí a la habitación y estuve charlando una hora entera con él mientras él desayunaba y preparaba su maleta porque se iba a Los Ángeles”, relataba.
Confesaba que la había invitado a desayunar, “pero yo estaba tan atacada de los nervios por estar con el amor de mi vida a solas en la habitación”. Confesaba que le había reconocido que le gustaba y que tenía posters suyos por todos lados.
El regalo de Richard Gere
“Al final, me regaló un kiwi”, desvelaba. Regalo que a David Broncano le parecía un poco mísero, teniendo en cuenta su estatus y encima, ni siquiera era amarillo. “Desde entonces desayuno kiwis todas las mañanas de mi vida”, reconocía. Y seguro que su salud intestinal se lo agradecerá.
Pero ahí no acaba la cosa porque años después volvieron a coincidir cuando ella le entregó el Premio Donostia en 2017 en el Festival de Cine de San Sebastián. Esa noche fueron varios a cenar y ella le recordó su historia del kiwi, “e hizo como que se acordaba”.
Ahora volverán a verse las caras en Granada porque ambos reciben premios honoríficos. “¿A que es bonito?”, preguntaba ella al público. Habrá que estar pendientes de ese reencuentro. No todos pueden tener una historia tan bonita con su crush.
Por cierto, que dinero en el banco, el suficiente para vivir poco más de un año sin trabajar y relaciones sexuales en el último mes, 45. Sí, 45, eso dijo.