Veinte años de ‘Velvetina’: cuando Miguel Bosé sacó desnudo en un vídeo a Nacho Vidal
El cantante invitó al actor a aparecer sin ropa en el clip de ‘Down with love’
Miguel Bosé, en Los Ángeles en octubre de 2005.
Hace veinte años, mucho antes de pandemias de las que algunos renegaron, Miguel Bosé llegó al número uno de la lista de ventas de España con Velvetina, su decimosexto álbum. No fue raro que lo lograse: aunque ya todo un veterano —tenía 48 años—, para la mayoría seguía siendo ilustre del pop nacional y sus lanzamientos recibían sensacional acogida. El anterior, Por vos muero, contenía canciones de Alejandro Sanz, musicalizaba un poema de Garcilaso de la Vega y contenía un tema que pasó a formar parte de sus éxitos como Olvídame tú. Pero pocos estaban preparados para lo que vino después.
Velvetina descolocó al personal por varios motivos. Aparte de por su sonido de trip hop y dance, mezclaba en los textos castellano con palabras en inglés, francés o portugués, y, según dijo, el título del disco no significaba nada: lo había elegido al azar. La portada era, eso sí, muy bonita: diseñada por David Delfín, mostraba un dibujo del perfil del cantante. Cada canción de las trece que incluía tenía su propio vídeo, y ninguno causó tanto revuelo como el de Down with love.
Nadie sabe a ciencia cierta qué llevo a Bosé a llamar al actor de cine para adultos (lo que antes se llamaba porno) Nacho Vidal para participar en el vídeo. Las dotes actorales de Vidal son dignas de ponerse en duda, si bien otro tipo de dotes sí que han sido unánimemente alabadas por los adeptos a esa clase de subproductos. De modo que todo el mundo se lanzó con verdadero interés a ver el vídeo de Down with love a fin de constatar si Vidal mostraba esas dotes inigualables o no.
Este periodista, que trabajaba entonces en 40TV, se acuerda perfectamente de cómo llegaron a la redacción del canal dos versiones del clip. Lo que no recuerda es la etiqueta que diferenciaba uno del otro; en cualquier caso, quedaba claro que uno de ellos solo se podía emitir a horas en que no hubiera niños ni niñas delante de la pantalla. Todos lunes hacíamos lo que llamábamos “visionado”, que consistía en ver los vídeos que nos habían llegado en los últimos días. Y cuando pusimos la versión adulta de Down with love hubo toses, risitas nerviosas, respiraciones contenidas y algún sonrojo.
El vídeo comenzaba con el pecho desnudo de una bailarina; una imagen elegante que a nadie perturbó. Luego los bailarines, chico y chica, desnudos, se sumergían y brindaban imágenes subacuáticas de indudable belleza, plasmando cómo, en el caso de los hombres, hay partes del cuerpo que, bajo el agua, bailan independientes. De pronto, en un plano rodado en interior de Bosé, aparecía a su lado el insigne Vidal, cantando con él. En la escena final, Bosé sale del agua y se encuentra al actor en el porche de la casa, instante en que este, sin ropa, camina dejando que sus dotes no actorales, de cierta enjundia, se balanceen alegremente a cada paso.
Cualquiera que observase el vídeo se moría de ganas de saber cómo había sido el rodaje. Poco habló Bosé de tan impactante cameo; dijo que había sido “alta y eficazmente didáctico”. Seguramente hablaba en términos anatómicos. En una entrevista para El País, comentó que estaba muy sorprendido por el relativo escándalo provocado por el desnudo, ya que, en su opinión, hay "cosas peores y mucho más peligrosas", entre ellas "los vídeojuegos sexistas, racistas y violentos" con los que juegan los niños. Y añadió que no se desnudó él mismo porque quería preservar su "cuota de misterio".
El caso es que, además de liderar la lista de ventas en España, Velvetina, con semejante reclamo, también fue recibido con los brazos abiertos en México, donde vendió más de 50.000 copias y recibió un disco de oro. Y allanó el terreno para que dos años después, la celebración del trigésimo aniversario de Bosé en la música con Papito, un disco plagado de colaboraciones, se convirtiera en un suceso descomunal.
