Desmayos, estrés y demandas: la caótica historia de ‘Uptown funk’, el Nº1 de Bruno Mars y Mark Ronson hace diez años
El tema lideró la lista de LOS40 tres semanas consecutivas en enero y febrero de 2015
Esta semana de enero Bruno Mars ha hecho historia en LOS40 al relevarse a sí mismo en el número uno de nuestra lista, pasando de liderarla con APT., junto a ROSÉ, a hacerlo con Die with a smile, a dúo con Lady Gaga. Ocurre, sin embargo, que los anales del chart son tan amplios que a veces se producen simpáticas curiosidades, como el hecho de que hace justo diez años Mars también era número uno de LOS40 con otra colaboración; en aquel caso, al lado del productor británico Mark Ronson y el tema Uptown funk.
Aquel single, que sigue siendo uno de los más bailados de este siglo, se situó en lo más alto de la lista el 24 de enero de 2015 y se mantuvo en primera posición un total de tres semanas consecutivas. Era el justo premio a una canción que en aquellos días arrasaba en el mundo entero. Fue número uno de ventas en 19 países, entre ellos España. En algunos, como Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Canadá se convirtió en el más vendido de aquella temporada (en Estados Unidos se despacharon 11 millones de copias). En los premios Grammy obtuvo dos galardones, a la Grabación del Año y a la Mejor Interpretación de Pop de Dúo o Grupo, y en los BRIT Awards, el de Mejor Single del Año. Pero conseguir tamaño éxito no resultó fácil.
La creación de Uptown funk fue extremadamente estresante. La idea del tema nació de la buena relación de Mark Ronson y Bruno Mars, después de que el primero produjese tres temas para Unorthodox jukebox, disco del segundo, de 2012. Desde entonces intercambiaban maquetas, y la inicial de la canción que nos ocupa llegó a tocarla Mars en directo en algunos conciertos mucho antes de su publicación. Sin embargo, la puesta a punto de Uptown funk fue un camino largo repleto de cambios y agotadoras pruebas de ensayo y error.
Para empezar, el tema se grabó en estudios de seis ciudades del mundo: Los Ángeles, Londres, Memphis, Nueva York, Toronto y Vancouver. ¿Era necesario tal periplo para pulir una canción? Parece que sí, pues ninguna versión de las que grababan les convencía. Todo comenzó con Mars tocando la batería y Ronson la guitarra en uno de esos estudios. Para registrar los arreglos de instrumentos de metal no les bastó un solo grupo especializado en ello, sino tres. Llegó un momento en que lo único que tenían claro del tema eran los pegadizos versos iniciales: “Este hit, ese helado, Michelle Pfeiffer, ese oro blanco”. La parte de guitarra no salía; de tantos intentos por obtener el idóneo, un exhausto Mark Ronson llegó a desmayarse durante una de las sesiones.
Probaron con una parte intermedia cercana al rock duro, que descartaron, y a concebir el estribillo dedicaron muchos meses, sin que ninguno les convenciera. Se dice que el cómputo total de horas dedicadas a la grabación superó el centenar. Para colmo, una vez concluida, a la discográfica no le gustaba el título elegido, y prefería el de Just watch (aunque como sabemos, el sello no llegó a imponer su criterio). En una ocasión, Mark Ronson declaró que la canción le pertenecía a Mars más que a él. Buscaban la perfección absoluta.
A fe que lo lograron, aunque para ello se inspiraron en canciones del pasado. O más que inspirarse, tomaron prestadas algunas secciones de otros temas, lo que generó que los autores de estos fueran paulatinamente pasando por los juzgados reclamando sus derechos de autor, por lo que los créditos fueron aumentando hasta incluir una docena de personas. Entre ellas está el rapero Trinidad James (Nicholas Williams), autor de All gold everything (2012); los componentes del grupo The Gap Band, artífices de Oops up side your head (1979); bandas como The Sequence y Collage… Incluso la cantante serbia Viktorija afirmó que era demasiado parecida a su tema Ulice mračne nisu za devojke, aunque ella decidió no presentar una demanda. Después de todo eso, cabe preguntarse qué parte de Uptown funknació de las cabezas de Mars y Ronson.
Y aunque puede debatirse si valió la pena tanto esfuerzo, parece que el tiempo les ha dado la razón, y Uptown funk permanece como un verdadero clásico del siglo XXI.