Llega ‘Babygirl’, la película que le podría dar otro Oscar a Nicole Kidman y con la que tuvo un "problema de orgasmos"

NEntrar en la liga de un cine erótico digno no siempre es sencillo, sobre todo si se tiene en cuenta que es un juego de balances entre los componentes del mismo para no caer en su propia parodia. Babygirl, uno de los estrenos destacados de este inicio de año, lo juega sin vergüenza alguna pero con efectividad.

Quizá todo comience por su trama, todo un reclamo dentro del género: una figura de poder dentro de una corporación acaba inmersa en una historia de tensión sexual con alguien que está por debajo en su misma cadena de mando. En este caso, ambas partes corresponden a Romy y Samuel.

Romy, una de esas mujeres en la cima que no lo ha tenido fácil, vive atrapada en un matrimonio que no ignora su lado sexual, pero que tampoco lo vive con la pasión que querría; conoce a Samuel, un estudiante en prácticas cuya mirada inquieta, aunque todavía desconoce el porqué.

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Sus caminos chocan cuando le encargan a ella ser su tutora, aunque pronto cambiarán las tornas: el chico rápidamente nota enrarecido el ambiente y se lanza a comenzar una relación. Eso sí, ni si quiera el sexo será el elemento central de la misma, sino que él la someta según lo ordene.

El sexo como reflexión

Puede que los encuentros de Romy y Samuel funcionen a la perfección como elemento imprescindible para captar la atención de los espectadores, pero no parece su último fin. Vistos desde la perspectiva masculina, el sexo entre ambos personajes no solo se muestra como la dominación previamente consensuada, sino como el camino ineludible de la protagonista para alcanzar su libertad sexual.

Halina Reijn ha dirigido, escrito y producido una película que no se deshace del morbo, pero que tampoco esconde su moraleja de quitarse los prejuicios para disfrutar en confianza. Algo que se ve tanto en pantalla como detrás de las cámaras.

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Tal y como contó Nicole Kidman al diario inglés The Sun, hubo momentos en el rodaje en el que dijo no querer tener "más orgasmos", algo que probablemente se produjo por el continuo trabajo en ese tipo de escenas. ¿El resultado? Una lluvia de distinciones.

La babygirl de los premios

Si bien el proyecto empezó a tener más repercusión cuando se anunció a su reparto, terminó de consagrarse con su recorrido en festivales. Sí, un casting encabezado por Nicole Kidman ya garantizaba una base de espectadores grande, pero su victoria en el Festival Internacional de Cine de Venecia marcó la verdadera diferencia.

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No hubo discurso triunfal recogiendo su Copa Volpi porque tuvo que abandonar la ciudad italiana por el repentino fallecimiento de su madre; pero fue el pistoletazo de salida a su gran vuelta a la temporada de premios. Su siguiente parada fue los Globos de Oro, donde consiguió su 17ª nominación como actriz.

Los ojos están puestos ahora en la próxima edición de los premios Oscar, donde se cree que conseguirá otra nominación. Eso sí, independientemente de que reconozcan su trabajo en una sexta nominación a los galardones de la Academia, el resultado puede analizarlo todo aquel que se deje caer por una sala y se atreva a sumergirse en el mundo Babygirl.

Babygirl ya está en cines.

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