Especial
The Imaginary: Una joya de Studio Ponoc que podría ser de Ghibli
Una película espectacular que no llegó a cines y que ha quedado enterrada en el catálogo de Netflix.
En diciembre de 2023, Studio Ponoc, considerado heredero espiritual de Studio Ghibli, estrenó su cuarta película, The Imaginary. Esta obra, basada en la novela infantil del mismo nombre escrita por A.F. Harrold, nos invita a entrar en un mundo de magia y a un viaje de esos que ponen las emociones ‘a flor de piel’.
Si ha pasado inadvertida a vuestro radar es porque su distribución ha corrido por parte de Netflix y eso implica una nula campaña de marketing, así que la película que en Japón han disfrutado como enanos en el cine, en España tiene que ser rescatada dentro de un catálogo con cientos de referencias en el que, tras una semana, deja de ser actualidad. Posiblemente un contrato muy provechoso para el estudio, pero es una lástima ver que una película así pueda ser tratada como un episodio más de Peppa Pig.
Studio Ponoc: Los herederos del legado de Ghibli
Studio Ponoc nació en 2015, fundado por Yoshiaki Nishimura, un productor veterano de Studio Ghibli conocido por su trabajo en películas como El cuento de la princesa Kaguya y El recuerdo de Marnie. Junto a él, muchos antiguos animadores, artistas y creadores de Ghibli se unieron al estudio con el objetivo de continuar la tradición de narrativas visualmente impresionantes y emocionalmente significativas.
Este “Ponoc” suponía una nueva etapa para estos creadores tras la aparente pausa en las actividades de Ghibli después del retiro temporal de Hayao Miyazaki en 2014. El linaje del equipo se ha reflejado en el estilo artístico y temático de las películas de Ponoc, que han conservado el espíritu de su predecesor.
La primera película del estudio, Mary y la flor de la bruja (2017), fue recibida como digna sucesora de la tradición de Ghibli. Con cada proyecto posterior, Ponoc ha demostrado su compromiso con la calidad y la creatividad, incluyendo la antología de cortometrajes Modest Heroes (2018), que en España ya cayeron en el saco sin fondo de Netflix.
The Imaginary: Un viaje entre dos mundos
The Imaginary cuenta la historia de Rudger, un amigo imaginario que debe sobrevivir después de que Amanda, la niña que lo creó, tenga un accidente que provoque que ‘lo pierda de vista’. Antes de caer en el olvido, Rudger conocerá a Zinzan, un misterioso gato que se dedica a recoger a los imaginarios que han sido olvidados y a llevarlos a un lugar seguro antes de que desaparezcan para siempre.
Ese universo imaginario en el que se moverá Rudger está lleno de maravillas, pero Rudger sabe que su vínculo con Amanda no ha muerto y buscará la forma de volver a encontrarse con ella.
Ahí es donde aparece el Sr. Bunting, un hombre siniestro que se dedica a cazar y consumir amigos imaginarios para extender su propia existencia. Bunting representa una amenaza constante; una especie de “Terminator” (porque persigue y no para, no porque sea de metal) con cara de villano de Ghibili, cuya presencia oscura contrasta con los momentos de ternura y esperanza que marcan la relación entre Rudger y Amanda.
La película toca todas las fibras sensibles que podáis imaginar. Todos hemos sido niños, todos tenemos o hemos tenido padres y muchos, incluso, somos padres también, por lo que estamos completamente expuestos a que Studio Ponoc encuentre en nuestro corazón aquello que no solemos enfrentar y nos haga respirar con fuerza o nos deje los ojos acuosos en el mejor de los casos.
Viviremos el poder de la imaginación a través de un mundo visualmente fascinante, pero una vez sumergidos en ella también viviremos la pérdida y no hay forma de que salgamos impasibles de esa experiencia.
Una joya desaprovechada en cines
The Imaginary es una de las películas de dibujos animados más bonitas que he visto en mi vida. Punto. Tiene unos diseños que enamoran (muchos de ellos más inspirados que los últimos que hemos visto de Miyazaki) y sabe combinar el dibujo tradicional con los modelos 3D para crear perspectivas y movimientos que, de otro modo, tendrían difícil solución. De hecho, la película utiliza más 3D del que parece, pero como todos los dibujos acaban siempre con una pintura de corte ‘acuarelístico’, todo queda perfectamente homogéneo y sencillamente genial.
A pesar de la calidad de la película, el estreno de The Imaginary no tuvo el impacto que podría haber alcanzado en ciertos mercados. En España, por ejemplo, la distribución de Netflix ha hecho que no llegue a las salas de cine, un espacio donde la animación de Studio Ponoc ya brilló con Mary y la Flor de la Bruja y un contexto mucho más favorable para conectar con las audiencias. La decisión de priorizar su distribución en streaming ha contribuido a que pase desapercibida para demasiados espectadores.
Culpa de la distribución también debe haber sido el presupuesto para doblaje de la cinta que, si bien no es un absoluto desastre, tiene voces que resultan especialmente irritables o poco profesionales (especialmente la de Rudger, nada menos), algo que no habríamos tenido nunca en una de Ghibli para cines. Siempre queda la versión original en japonés. Ahí, sin pegas.
Esta película confirma que Studio Ponoc no debe ser considerado como un apéndice extirpado de Ghibli. La fuga de talento de la casa de Miyazaki ha creado un equipo de profesionales espectacular que mejora y evoluciona con cada pieza que firma. The Imaginary os hará pasar el mejor rato que podáis desear frente a un televisor y, además, rebuscará en vuestro interior y os dejará algo que, seguro, necesitáis.
Como decíamos, ‘The Imaginary’ forma parte del catálogo de Netflix, así que podéis verla gratis pero. lamentablemente, no podréis comprarla en formato físico como querríais.