Zahara fusiona amor y desencanto en 'Yo solo quería escribir una canción de amor', el primer adelanto de su próximo álbum

Ahora sí: Zahara está de vuelta. Con Yo solo quería escribir una canción de amor, la artista nos invita a un viaje emocional, que hace su primera parada entre la ternura y el desencanto, el amor y la rabia, para disfrutar y saborear de todo ello en nuestro camino hacia Lento Ternura, el que será su próximo trabajo discográfico que verá la luz durante el primer trimestre de 2025.

A pesar del título que le ha puesto Zahara a este tema y lejos de ser la típica balada de amor, la cantante combina a lo largo de más de tres minutos y medio, que es el tiempo que dura la canción, una fuerza emocional encabezada por sus letras con una base instrumental potente en la que los sintetizadores afilados y el omnichord le dan una atmósfera única y rompedora que, además de ser una total disrupción con lo que conocemos como "canciones de amor", nos hacen soñar con el resto de melodías que pueda ofrecernos este proyecto.

Pero la parte instrumental no es lo único que sorprende, pues el estribillo es de esos que te hacen reflexionar durante, al menos, un rato. "Que se hunda Madrid, que arda en el infierno", canta Zahara, algo que nos recuerda una vez más que no ha perdido su estilo más provocador y que si se dedicase a jugar a los dardos, nadie querría ser su oponente. Y aunque la capital española sea la que peor parada acaba en esta historia, cabe destacar que esta sigue siendo una canción de amor, dedicada a un santuario alejado del mundo.

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"Quise hablar del amor y me fui lejos para poder encontrarlo. En el camino hacia ese hogar sagrado, vi mis huellas en el barro. Estaban llenas de rabia" es el mensaje que escribe la artista para explicar cómo ha llegado hasta ese ansiado Lento Ternura y del que ya conocemos las primeras palabras.

Zahara, un poco más mística que de costumbre

Con un toque de misticismo en sus palabras y un puñado de imágenes poéticas y poderosas, Zahara se funde con el lugar que describe, una casa que respira, que siente, que se convierte hasta en una extensión de su propio cuerpo. De este modo, su conexión con la naturaleza en el sentido más amplio y el refugio que encuentra en ella, lejos del bullicio de grandes ciudades como Madrid, se convierte en el motor emocional de la canción.

Y lo mejor de todo esto es que con Yo solo quería escribir una canción de amor, la intérprete marca una evolución en su carrera después de PUTA, pues Lento Ternura promete ser algo bastante alejado de eso que ya conocíamos, aunque sin perder la esencia de Zahara que tanto engancha. Con su nuevo disco nos contará cómo es el camino hacia la paz, un camino en el que se abraza tanto a lo bueno como a lo malo que nos depara la vida, un equilibrio desde el que nos canta que la música no es solo para ser escuchada, sino para ser vivida.

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