Probamos el sonido portátil de JBL con pantalla de los Live Beam 3

Por alguna razón, cuando vamos a comprar unos auriculares para emparejar a nuestro smartphone, solemos acudir a las principales fabricantes de teléfonos, pero hay audio portátil si miramos más allá de Apple, Samsung o Oneplus y, además, de compañías que llevan toda una vida trabajando casi exclusivamente el sonido, como JBL.

Hoy tenemos sobre la mesa los nuevos Live Beam 3 de JBL, lo último en audio portátil in-ear de la compañía que, además, estrena una pantalla en el estuche de carga como detalle innovador.

Pero, vayamos por partes; hablemos primero de los auriculares.

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Los auriculares tienen ese look premium que da el acabado brillante de las patillas, pero están fabricados en plástico; muy ligeros y con un diseño in-ear especialmente cómodo. Si bien no fatiga demasiado el pabellón auditivo, en orejas pequeña puede llegar a notarse un pelín la presión del cuerpo en sesiones prolongadas. Como siempre, tenemos cuatro juegos de gomas de diferente tamaño para que encuentres la que mejor haga encajar la parte in-ear dentro tu pabellón.

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Las patillas táctiles funcionan de maravilla. Tienen una superficia plana y suficientemente ancha para recibir la yema de vuestro dedo y utilizan un sistema de toques (no pellizcos) simples, dobles y triples en ambos auriculares, al que podremos asignar diferentes funciones como pausar, pasar o retroceder de canción, activar la cancelación o activar el asistente.

Una vez encajados en las orejas reconocemos un muy buen sonido que, si bien hace justicia a esas tres letras que lucen en las patillas no llegaría a nuestro podio particular de sonido portátil. Tienen una potencia moderada, frecuencias medias y agudas especialmente claras y bajos quizás algo tímidos por defecto, pero con posibilidad de ajuste a través de un ecualizador que propone diferentes ‘estilos’ de sonido (Studio, Bass, Extreme Bass, Jazz…), pero que no nos deja tocar las diferentes frecuencias del espectro para hacerlo a nuestro gusto.

Ese ecualizador nos da pie para hablar del estuche de carga que, en este caso, no es un simple habitáculo en el que reposar los auriculares cuando no los estamos utilizando. JBL ha querido darle una vuelta a la función de ese estuche y propone al usuario que lo tenga más presente que de costumbre.

El estuche es compacto, tiene un acabado ‘metálico’ en la pintura (nosotros hemos visto el azul y nos parece especialmente bonito) y a través de su pantalla táctil podemos acceder a diferentes funciones; algunas de ellas un poco más ‘random’ como la linterna (se enciende la pantalla en blanco al máximo) o un ‘timer’ para poner una cuenta atrás u otras específicas como el clásico menú de ‘play’ para vuestra música, el control de volumen, la activación de la cancelación de ruido o el sonido espacial o ese ecualizador del que hablábamos.

Aquí llega la duda de si preferimos acceder directamente al móvil para trastear con el sonido (por ejemplo, a través de la app de JBL) o si, por alguna razón, es más cómodo hacerlo todo desde el estucho.

En mi experiencia, el móvil está siempre en el bolsillo y cuesta poco sacarlo de ahí o meter la mano en el bolsillo para subir el volumen sin necesidad de mirar. El estuche es cómodo y la pantalla táctil responde bien, pero no he encontrado esa situación en la que agradecer especialmente la nueva función del gadget. Imagino que habrá otros contextos en los que tenga más sentido o personas que guarden su móvil en bolso o mochila y que prefieran acudir a esa pequeña cajita para controlar su sonido.

Aunque no sea estrictamente necesaria ni especialmente revolucionaria, la pantalla del estuche solo suma. Puedes personalizarla con la imagen que quieras, solo se enciendes si tocas sobre ella y se apaga muy rápido cuando no hay más toques para ahorrar batería y estamos seguros de que a más de uno sí le supondrá un ‘antes y después’.

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En conjunto, estos JBL Live Beam 3 son un paquete muy atractivo con sonido de calidad, un punto innovador que muy pocos tienen ahora mismo en la industria y con un precio en torno a los 200 euros, se sitúan en lo más alto del mercado del sonido portátil actual. No tienen el mejor sonido del mercado, pero sí un sonido muy competente con una cancelación activa de ruido que cumple y que solo dejara pasar los ecos de los ruidos más fuertes con los que te cruces, así que no debería hacerte echar de menos un mayor nivel de aislamiento (que tampoco es sano). El valor que cada usuario de a la pantalla y a sus funciones (que es un reclamo específico de este producto que no tienen sus rivales) será definitorio a la hora de lanzarse a por ellos, y que cada usuario deberá valorar el impacto que podrá tener en su vida.

Sin duda un muy buen producto. Si la pantalla te cautiva puedes lanzarte a por ellos sin dudar.