El día que Stevie Wonder volvió a nacer: "Se suponía que realmente iba a morir"
The Jackson 5 le visitaron en el hospital y ofrecieron su jet privado para trasladarle
"Lo que me pasó fue una cosa muy, muy grave, y se suponía que realmente iba a morir". Lo que a Stevie Wonder le pasó, aquel fatídico 6 de agosto de 1973, es que el que coche en el que viajaba chocó con un camión. Durante los cuatro días que estuvo en coma, el mundo entero temió que por su vida. Despertó cuando alguien le cantó, bien alto, al oído, una de sus canciones. La recuperación fue larga. De aquel terrible episodio el genio de Michigan conserva una cicatriz en la frente (no quiso cirugía estética) y la pérdida del olfato. Pero, para el músico, lo verdaderamente trascendental es que "al final, salí de todo eso con la bendición de la vida".
El 6 de agosto de 1973, un caluroso lunes por la tarde, Stevie Wonder iba camino a una emisora de radio en Durham, Carolina del Norte. Promocionaba su nuevo álbum, Innervisions, que había salido solo tres días antes. A sus 23 años, era ya el decimosexto de su carrera. Viajaba en el asiento delantero de un coche alquilado, un Mercury Cruiser, conducido por su primo John Wesley Harris. Iba adormecido, con los auriculares puestos, escuchando en una cinta las mezclas de dos de los temas del nuevo disco. Tras ellos, en otros dos vehículos, iba el resto de su equipo.
A las afueras de Salisbury, en la Interestatal 85, el coche chocó contra la parte trasera de un camión con remolque. Los primeros informes del accidente indicaban que el camión involucrado transportaba troncos y que uno de ellos se había desprendido impactando en el parabrisas del coche y golpeando en la frente a Stevie. Sin embargo, el conductor (Charlie Shepherd), también de 23 años, dijo en un comunicado que ya había entregado su carga de troncos ese día y la parte de atrás de su vehículo estaba vacía, a excepción de algunos pequeños trozos de madera. Las fotografías tomadas en la escena no muestran ningún gran tronco en el remolque.
El caso es que los dos vehículos colisionaron, el remolque del camión se precipitó en el cristal delantero del Mercury Cruiser haciéndolo añicos y golpeando ‘con gran fuerza’ en la cabeza del cantante. El impacto le dejó inconsciente y sangrando profusamente. El conductor del camión terminó con los dos tobillos rotos y el labio superior seccionado. Los miembros de su equipo, que viajaban detrás, le llevaron rápidamente al hospital más cercano, el Rowan Memorial. A Sheperd le llevaron en ambulancia. Terminaron los dos en la misma sala de urgencias del hospital. El joven camionero no conocía a Wonder. Ni él, ni el auxiliar de enfermería, ni el cirujano, quien mas tarde comunicó a su impresionada familia, "he tenido que coserle".
Stevie Wonder seguía inconsciente, y las heridas en la cabeza eran lo suficientemente graves como para trasladarle esa misma noche a la unidad de cuidados intensivos del Hospital Baptista de Carolina del Norte. Tenía un "hematoma en el cerebro". Permaneció cuatro días en coma. Se temió por su vida. Los Jackson 5, que casualmente tenían un concierto en Carolina del Norte, ofrecieron su jet privado por si era necesario trasladarle a cualquier lugar del país. Y le visitaron el día después. El personal del hospital se vio asediado por medios de todo el mundo. Recibían llamadas y telegramas interesándose por el estado del cantante. Paul McCartney o Roberta Flack también comunicaron con el centro para saber cómo estaba.
Los amigos y familiares que acudían a verle, se quedaban impactados. Ira Tucker, amigo, director de su gira y cantante de góspel, declaró en la revista Squire. "Cuando fui al hospital ni siquiera pude reconocerle. Su cabeza se había hinchado, era 5 veces su tamaño normal. Y nadie podía comunicarse con él". Convencido de que el poder de la música haría regresar a Wonder, le cantó alto y fuerte al oído. La primera vez no respondió, pero "al día siguiente me acerqué al oído y canté Higher ground. Su mano estaba descansando en mi brazo y después de un rato sus dedos empezaron a seguir el ritmo de la canción. Dije 'Yeah! Yeah! Este hombre se va a salvar!'"
Dos semanas después, el 20 de agosto, completó su convalecencia en un centro médico de Los Ángeles, donde vivía. Había perdido los sentidos del olfato y del gusto (este último lo recuperó). Cuando los médicos le sugirieron que se hiciera la cirugía plástica para eliminar las marcas del accidente, Wonder respondió que quería esa cicatriz en el lado derecho de la frente como recuerdo de lo que había pasado. Pero su mayor preocupación era no poder tocar de nuevo. Tucker le llevó un clavinet al hospital y recuerda que el músico entró en pánico cuando vio el instrumento: "Finalmente lo tocó y solo podías ver como la felicidad se extendía sobre él. Nunca lo olvidaré".
Durante un año tuvo fuertes dolores de cabeza y fatiga. Los médicos insistieron en que cancelara su tour Innervisions y se vio forzado a hacer una pausa. Su amigo Elton John le ayudó. Siete semanas después del accidente, Wonder estaba a bordo del avión de John volando de Nueva York a Boston. Iba a participar en el último concierto del tour por América del inglés. El 25 de septiembre de 1973, en el Boston Gardens, Elton John paró el show y dijo: "Un amigo mío está aquí esta noche, él estuvo gravemente herido en un accidente hace algún tiempo…". Las 15.000 personas del público enloquecieron, cuando supieron que Wonder estaba allí. Ambos cantaron una versión de los Rolling Stones, Honky tonk women, y Superstition. Posteriormente, Wonder describió la actuación como el principio de su recuperación pública.
Finalmente, en 20 enero de 1974, Stevie Wonder ofreció su primer concierto en la gala internacional de Cannes, en el MIDEM, Francia. Después viajó a Londres para hacer un show en el Rainbow Theater. El tour planeado antes de accidente se suspendió. Solo se mantuvo una fecha, a finales de marzo de 1974, en Madison Square Garden. Ese concierto empezó con Wonder señalándose la cicatriz de la frente, mirando hacia arriba y dando "gracias a Dios por estar vivo". Las 21.000 personas del público le ovacionaron. El Washington Post publicó: "era difícil no emocionarse".
"Esta es como mi segunda oportunidad para vivir", confesó en la revista Crawdaddy. "Lo que me pasó fue una cosa muy, muy grave y se suponía que, realmente, iba a morir". En el New York Times comentó que "el accidente abrió mis oídos a muchas cosas que me rodeaban. Naturalmente, la vida es más importante para mí ahora". A Oprah Winfrey le contó en 2004: "Qué sorprendente es que pueda entrar en un coche, dormirme, y despertarme cuando sé que estoy en casa". Steve Wonder no ha olvidado nunca esa fecha: "Fue el 6 de agosto cuando casi muero en ese accidente de coche. Fue también el 6 de agosto –de 1988– cuando nació mi hijo Kwame. La vida es extraña".
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop