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La historia y origen del Hip Hop, la subcultura que nació en el Bronx
Los bloques del barrio neoyorquino vieron nacer en los años 70 toda una manera de ver el mundo que sigue gozando de buena salud.
En un divertido anuncio de una marca de cerveza de los primeros años 2000, un DJ derramaba accidentalmente su bebida sobre el tocadiscos durante una fiesta. Al intentar limpiarlo, y de manera involuntaria, inventaba el scratching. Nacía así una de las señas de identidad de la cultura hip hop: un adictivo ritmo ante el que los asistentes a la fiesta, sorprendidos, comenzaban a bailar.
La historia dista bastante de ser como contaba aquel anuncio. Y sin embargo, es probable que las fiestas en las que se comenzó a gestarse el hip hop en la década de los 70 se parecieran bastante a la que imaginaron los creativos publicitarios de la marca. Fue en el barrio del Bronx donde los jóvenes afroamericanos, y en menor medida también los latinos, fueron dando forma a toda una manera de ver el mundo. Incluso se considera que un edificio concreto, el número 1520 de Sedgwick Avenue, fue la cuna del hip hop.
Los MCs improvisaban rimas en las partes instrumentales de las canciones, fuertemente influenciados por la poesía oral de artistas como The Last Poets o Gil Scott-Heron
En grandes edificios como ese tenían lugar las llamadas block parties, o fiestas en los bloques. Partiendo de los sonidos del funk, el soul y el disco, y a imagen y semejanza de lo que se hacía en las sound systems jamaicanas, los MCs improvisaban rimas en las partes instrumentales de las canciones, fuertemente influenciados por la poesía oral de artistas como The Last Poets o Gil Scott-Heron. Al mismo tiempo, y entre el público, los b-boys hacían lo propio con frenéticos bailes dando forma a una manera de moverse única, a menudo incluso conectada con la gimnasia en sus movimientos más acrobáticos.
El nuevo sonido contó con nombres como DJ Kool Herc o Afrika Bambaata como sus grandes pioneros. Y entre todos, fueron poniendo las bases de una subcultura que fue poco a poco ganando adeptos entre las minorías de los barrios más desfavorecidos de las grandes ciudades estadounidenses. A buen seguro, ninguno de ellos podía imaginar que el hip hop se convertiría, con los años, en un fenómeno de masas.
Mucho más que música
En realidad, cuando se habla de hip hop es necesario hacer una aclaración terminológica: pese a que es habitual referirse a él como un estilo de música, lo cierto es que el término alude a toda una subcultura que engloba cuatro grandes pilares: el rap, el DJing, el break dance y el grafiti. Todas ellas tenían en común la búsqueda de una forma de expresión. Libre, genuina y callejera. Los jóvenes encontraron en el hip hop un lenguaje propio y diferente a todos los demás.
1979 está considerado el año en el que vio la luz, al menos de manera oficial, el primer disco de hip hop: ‘Rapper's Delight’, de The Sugarhill Gang. Un single que contribuyó a popularizar el nuevo sonido, y cuya condición de pionero absoluto sigue siendo motivo de discusión hoy en día. Al fin y al cabo, por aquel entonces la llama del hip hop había prendido más allá de Nueva York. Había acólitos del movimiento en Filadelfia, en Atlanta, en Baltimore o en Los Angeles. El hip hop ya era patrimonio de todos.
'Licensed to Ill', de Beastie Boys, fue el primer álbum de rap en alcanzar el número uno en las listas de Billboard
Como en todo estilo de música que se precie, con el desarrollo del hip hop llegó también la especialización y la diversidad. Los años 80 trajeron consigo una mayor variedad en los contenidos y los estilos, así como una inmensa cantidad de artistas. Desde Grandmaster Flash a Public Enemy, pasando por Run-D.M.C. o Beastie Boys. El disco ‘Licensed to Ill’, de estos últimos, fue el primer álbum de rap en alcanzar el número uno en las listas de Billboard en 1986. Al mismo tiempo, y junto a otras bandas como House of Pain, fue el vivo ejemplo de que los blancos también eran capaces de hacer rap. Y, de paso, el encargado de inaugurar la que muchos consideran la edad de oro del hip hop: la que va de 1987 hasta mediados de los años 90.
El gran salto
Porque si con el paso de los 70 a los 80 la subcultura hip hop se hizo mayor, a finales de esta década y con la llegada de los 90 se produjo el salto definitivo que lo convirtió en un fenómeno de dimensiones planetarias. El mundo entero se había puesto a bailar break dance gracias a la influencia de películas como ‘Flashdance’, ‘Breakin' o ‘Beat Street’. El grafiti inundaba las paredes de cualquier ciudad del mundo. Artistas como De La Soul, A Tribe Called Quest, Wu-Tang Clan, Gang Starr o Cypress Hill llevaban la popularidad del rap a niveles estratosféricos. Y las mujeres también reclamaban su espacio en la escena: Queen Latifah, Lil Kim, Lauryn Hill, Missy Elliott...
De manera paralela, grupos como N.W.A. le daba una vuelta de tuerca al género para alumbrar un nuevo estilo: el gangsta rap, en el que las temáticas relacionadas con las pandillas callejeras y la delincuencia se ponían en el centro de las canciones. De aquella banda salieron nombres esenciales para entender el género como Ice Cube o Dr Dre. Todo ello, mientras la batalla feroz entre los artistas del este y el oeste de EEUU (East Coast y West Coast) se traducía en más y mejores discos. También en rivalidades y disputas que han pasado a engrosar algunos de los capítulos más trágicos de la historia del hip hop, como los asesinatos de Tupac, Notorious B.I.G. o Big L.
Si por algo ha triunfado el rap es por su transversalidad. Desde mediados de los años 90, cuesta encontrar un sólo género que no haya tomado prestado alguno de sus elementos, o estilos que no hayan sido incorporados a sus composiciones por los artistas de rap. Y así, subgéneros como el rap metal o el jazz rap se hicieron un hueco entre los distintos modos de entender y desarrollar el fenómeno. Trip hop, horrorcore, southern rap, drill, crunk y hasta rap cristiano. Un tipo de rap para cada uno. Rap para dar y tomar.
Un buen negocio
Aquellas primeras block parties del Bronx quedaban muy atrás. Con el nuevo milenio, artistas como Eminem dieron un salto al estrellato gracias a discos como ‘The Slim Shady LP’, que logró un disco de platino. El género vivió su máxima explosión: Jay-Z, 50 Cent, Outkast, Lil Wayne, Mos Def, The Roots, Nas, Kanye West… La lista de artistas parecía infinita. Los grandes sellos discográficos lo vieron claro, y la gallina de los huevos de oro parecía inagotable.
Pero todo lo que sube, baja. Hacia la segunda mitad de la década de los 2000, y coincidiendo con el auge del P2P y las descargas digitales, las ventas de discos de rap se desplomaron, tanto o más que las de otros géneros. La influyente revista 'Time' llegó a asegurar que el hip hop estaba colapsando por falta de nuevas ideas y una inevitable redundancia. Pero una vez más, el hip hop supo reinventarse: artistas como Kendrick Lamar, Wiz Khalifa o Drake volvieron a ponerlo en lo más alto. Surgieron nuevos subgéneros como el trap. Espectáculos como las batallas de gallos se convirtieron en masivos. Y los jóvenes, como aquellos asistentes a las fiestas del Bronx de los años 70, siguieron y siguen encontrando en el hip hop una manera de expresarse y estar en el mundo.