Cantantes, políticos, influencers... ¿Qué ídolo es más común a cada edad?
Lo mejor que podría pasarte es disfrutar de un concierto de Harry Syles cuando tengas 60, con más intensidad que cuando tenías 20
Se dice que los primeros ídolos de un niño o niña son sus propios padres o un familiar muy cercano. Aquella figura que les resuelve dudas, les enseña a dar sus primeros pasos en la vida, en quienes buscan protección o a quienes buscan cuando sienten alguna necesidad. Si preguntas a un niño pequeño qué quiere ser de mayor, posiblemente su respuesta sea 'profe' o el trabajo que desempeña su persona más cercana. Sin buscarlo, estas figuras se convierten en los primero ídolos de un niño, pero esta admiración evoluciona con el tiempo, desarrollándose al compás de su personalidad, gustos y necesidades.
En términos generales, podemos pensar que hasta llegar a la adolescencia, nuestro ídolo podía ser el personaje de una serie de aventuras, un superhéroe o parte de un equipo de fútbol o baloncesto, aunque este último sucede algo similar a los artistas: es más común pensar que la afición puede durar toda la vida. Al pensar en adolescentes, lo más común es relacionarlos con actores, actrices, cantantes o bandas musicales, momento en el que va apareciendo el deseo sexual o querer encajar en un grupo de amigos.
Pero, ¿qué pasa después? ¿Existe una edad concreta a la que traspasamos el horizonte de ser fans de un artista para volvernos seguidores de un personaje de la política, decantarnos más por el trabajo de una actriz o admirar a un escritor? La respuesta corta es no. La larga, que depende de la base y fundamento del desarrollo de cada persona.
Claudio M. de Prado, periodista musical de Jenesaispop y presentador del podcast Revelación o Timo, considera casi imposible diferenciar un tipo de ídolo a cada generación: "No influye sólo la edad, sino también otros factores como tu educación, tu clase social, el ambiente cultural en el que has crecido e incluso tu sexualidad", confiesa.
Entre la empatía y el deseo de pertenencia
"La variable principal es la empatía hacia el ídolo, la persona que tiene mas capacidad de empatizar con personas que no conoce tienen mas probabilidades de acabar siendo este tipo de seguidor", nos explica el psicólogo Santos Solano. Por lo tanto, independientemente de la edad, la ciencia asegura que a cuanta mayor empatía, mayor posibilidad de ponerte en la piel del ídolo y sentir esa admiración de la que tantos hablan. Una sensación que se relaciona con las neuronas espejo: "A través de las neuronas espejo sabemos que lo que genera placer en el ídolo acaba generándolo en el seguidor, entonces nos abriría la opción a esas personas que necesitan desconectar o que necesitan sentir emociones fuertes", confirma Santos Solano.
Otro de los factores que determina la posibilidad de formar parte de un fenómeno fan es el deseo de pertenencia, motivo por el que los adolescentes son más vulnerables a dar la vida -como aquel que dice- por un cantante o actor, hacerse cientos de kilómetros sólo por verle unos segundos o gastarse gran parte de sus ahorros en un sólo show. Santos Solano lo relaciona con la política y la religión: "El deseo de pertenencia a un grupo también determina la posibilidad de ser fanático, o no, de un grupo o persona. Un hecho que sucede desde hace siglos en el ámbito político o de la religión", confirma.
Conclusión: no depende de la edad
Asimismo, no tendría sentido pensar que con la adolescencia termina el fenómeno fan, pues si esto se acercase a la realidad no podríamos comparar el movimiento de OT 2023 con la venta masiva de entradas de Dani Martín o el revuelo que todavía existe entre aquellos que no han conseguido pases para ver a Taylor Swift. Y se puede comparar. "He visto a señoras de 80 años en éxtasis durante conciertos de Raphael siendo mucho más jóvenes que la mayoría de veinteañeros en un bolo de cualquier grupo de moda actual", asegura el periodista.
De hecho, Luis Miguel ha llenado la mayor parte de sus conciertos en España, a pesar de vender las entradas a cerca de un año vista, y a unos precios no asequibles para todos los bolsillos. Y su media de edad podría triplicar la veintena. Así, otro ejemplo de este tipo de ídolos se encuentra en actores y actrices protagonistas de telenovelas como William Levy ('Café con aroma de mujer'), que causó un gran revuelo entre todas sus fans, que le siguen allá donde va sólo con que pise el país.
Si alguna vez dudas sobre la validez de lo que te gusta, te dejo una frase de Claudio M. de Prado que he querido dejar para el final y podría responder a la pregunta que muchos y muchas de los que han leído hasta aquí se han hecho alguna vez: “No hay nada como cumplir años para descubrir lo normal que es todo aquello que, siendo joven, veías ridículo o vergonzoso porque lo hacían personas 10 o 20 años más mayores que tú. De hecho, probablemente en aquel entonces lo único ridículo eras tú mismo por pensar así".