Muere Manuel Ruiz de Lopera, expresidente del Real Betis Balompié

Este Domingo de Ramos es diferente para todos los amantes del fútbol y, sobre todo, para todos los seguidores del Real Betis Balompié. Durante esta madrugada del sábado al domingo, Manuel Ruiz de Lopera, el que fuera presidente del equipo entre 1996 y 2006, ha fallecido a los 79 años en su propio domicilio, según ha confirmado la propia familia del exdirectivo verdiblanco.

Apenas hace unos días, Lopera había abandonado la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Santa Isabel de Sevilla a causa de unos problemas digestivos que llevaba arrastrando y que son consecuencia de una diverticulitis que padece. Esta afección también le llevó a principios de enero a ser ingresado.

Uno de los máximos accionistas del club verdiblanco llegó al club en 1991 como vicepresidente económico del entonces máximo directivo de la entidad, Hugo Galera Davidson. Un año más tarde, el 30 de junio ed 1991 presentaba los avales necesarios para convertir su propia empresa Farusa (Familia Ruiz Ávalos S.A.) como máxima accionista de la entidad, con un 51% de los títulos y poder hacerse así con el poder accionarial del conjunto verdiblanco. Durante los años que estuvo dentro del equipo, el Betis logró varios logros en su carrera: varias clasificaciones europeas, el título de la Copa del Rey de 2005 y la clasificación para la Champios League, entre otras. Esta carrera ligada al equipo puso su broche de oro en 2010 cuando le vendió su paquete de acciones al empresario Luis Oliver.

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Una lucha contra la diverculitis

Manuel Ruiz de Lopera tenía varias dolencias en relación con el intestino. De hecho, en 2017 le extirparon 50 centímetros tras sufrir una obstrucción. Lo que le llevó al pasado 5 de enero a ser ingresado por pequeñas bolsas que se acumulaban en la pared interna del intestino. Al no haberse solucionado estos problemas, un mes después tuvo que ser intervenido de urgencia y, pese a su recuperación, esta madrugada ha fallecido en su casa sevillana.

Una leyenda que deja una huella imborrable en el mundo del deporte y de todos los béticos del mundo. Descansa en paz, Lopera.