Chuck Palahniuk, el autor de ‘El club de la lucha’ nos ofrece otra buena dosis de horror en ‘La invención del sonido’
Hay que prepararse para conocer un secreto bien guardado en la industria de Hollywood
“La razón por la que la gente lee a Palahniuk es su oscura ironía sobre la modernidad. Sus libros no son tanto novelas como fábulas dentadas, cuentos con moraleja sobre el peligro que representa casi todo”. Son palabras publicadas en Time sobre el nuevo trabajo de Chuk Palahniuk, el autor que debutó con El club de la lucha que acabó convirtiéndose en un bestseller y nos dejó una adaptación cinematográfica difícil de olvidar.
El autor mantiene ese carácter atrevido, desafiante y con un gran dominio del suspense en La invención del sonido, una novela que reflexiona sobre la mercantilización del sufrimiento y el poder del arte.
Se maneja en el horror como si fuera casa y lo podemos comprobar, una vez más, en esta nueva novela que nos cuenta la historia de Gates Foster, un hombre que perdió a su hija Lucy.
Han pasado 17 años y desde entonces no ha dejado de buscarla. El tiempo pasa, pero aparece inesperadamente la primera pista significativa en una década. Y es el mejor hilo que tiene para seguir adelante en su investigación.
Hollywood a escena
En esa búsqueda se cruza Mitzi Ives que nos sumerge de lleno en la industria de Hollywood, esa que siempre da mucho juego por el interés que genera. Ives utiliza en sus trabajos las mismas técnicas secretas de su padre que destacó por los horripilantes gritos que crea para sus películas de terror. Son tan verosímiles y estremecedores que podrían ser reales.
El hecho de que sus caminos se crucen provoca que se ponga en jaque la glamurosa fachada de Hollywood que esconde atroces y violentos secretos que finalmente acaban saliendo a la luz.
Una lectura que despertará nuestros sentidos, sobre todo el del oído. Esos gritos se nos meterán en la cabeza y será difícil sacarlos de ahí.
Desde luego, Palahniuk sabe cómo llamar la atención y buena prueba es su fotografía para promocionar esta novela para la que se ha llenado de unos tatuajes que no son reales.
Sofá, manta y una buena lectura.