‘Nuestro último verano en la isla’, lo nuevo de Abril Camino con el reencuentro de Lucas y Marina tras 18 años desde su ruptura

“Marina lleva dieciocho años sin ver a Lucas. Lucas lleva dieciocho años sin volver a la isla. Hasta ahora”. No necesitamos más para despertar nuestro interés por la nueva novela de Abril Camino, una de las voces referencia de la literatura femenina.

Lucas y Marina compartieron su infancia en la isla, se enamoraron y donde se hicieron las promesas que acabaron rotas. Después de 18 años sin verse, el testamento del señor Martín, que había sido como un abuelo para ellos, les vuelve a reunir. Nunca tuvo hijos y tras su muerte ellos serán los depositarios de su legado.

“La misión de Marina va más allá de heredar y cuidar aquel espacio, sino que su misión es recordar. Aún no ha cumplido los cuarenta años, pero ya es la única persona que puede atesorar los momentos que convirtieron la isla en mucho más”, podemos leer en el libro.

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Una historia en tres tiempos

“Nuestro último verano en la isla es la novela que siempre soñé escribir”, asegura la autora que, por primera vez, ha situado una de sus historias en su ciudad de origen, A Coruña. Escenario de tres épocas distintas en las que discurre la historia que nos llevará a 1975, 1999 y 2015.

Lucas y Marina son víctimas de lo que les sucedió a sus padres, lo descubren cuando deciden investigar en el pasado y el resultado en un retrato transgeneracional que viaja desde los últimos años de la dictadura franquista, donde las ansias de libertad y la crítica política estaba presentes en cada conversación hasta el día de hoy, en el que los hijos de aquellos que vivieron la Transición reflexionan sobre el pasado de sus padres y cómo, de alguna manera, ha marcado su presente.

Reencontrarse con el pasado nunca es fácil, ¿lograrán ellos retomar lo suyo desde donde lo dejaron?

Un momento esperado

Este 17 de enero esta historia llega a las librerías para cumplir el sueño de su autora. “Llevo tres años y cuatro meses esperando que llegue la semana que empieza mañana. El 21 de septiembre de 2020, en mitad de aquel año loco de confinamientos y distancias de seguridad, puse el punto final a una historia con la que llevaba soñando desde 2016”, confesaba en redes.

Tiene todavía muy presente aquel momento: “Recuerdo que, cuando acabé, una amiga me preguntó qué sensaciones tenía y le dije las dos que me invadían desde el mismo día que había empezado a trabajar: que era la novela que siempre había soñado escribir y que no sabía qué sería de ella porque no se parecía a nada que hubiera escrito antes. Lo primero lo mantengo”.

“Aunque en los días previos al lanzamiento me coma el síndrome del impostor y me entren las tembladeras, sigo pensando que es mi mejor novela. Y sobre lo segundo... no fue rápido ni fácil, pero quizá nada que merezca la pena lo es. Y quién me iba a decir a mí que algún día vería una novela mía publicada en la misma colección en la que un día leí a Zafón, a María Dueñas o a Ana María Matute. Me vuelven a entrar las tembladeras si lo pienso demasiado”, admitía.

Ahora toca prepararse para lo que viene, una intensa promoción y gira de firmas para las que está más que preparada.