Calor extremo en pleno invierno: ¿Qué está pasando en Sudamérica?
Pese a que algunos países del hemisferio sur deberían estar en los meses más fríos del año, los termómetros indican lo contrario. Esta es la explicación (y por qué debería preocuparnos).
Este miércoles, España se encuentra en el pico más alto de la peor ola de calor del verano. El mercurio bate récords en lugares repartidos por toda la península. Y aunque muchos recuerdan veranos peores, como el del pasado 2022, los datos a nivel global son inequívocos: el mes de julio ha sido el más caluroso de todos los tiempos.
En varias zonas del sur de Brasil se han rozado los 39º
El tiempo parece haberse vuelto loco, pero si hay una zona del mundo donde esa percepción alcanza niveles insólitos es en determinados países de Sudamérica. Dada su ubicación en el hemisferio sur allí están, al menos en la teoría, en pleno invierno. Una época del año en la que el frío y la lluvia son la tónica habitual, y en el que las altas cimas de la cordillera de Los Andes se cubre de nieve. Por el contrario, varias ciudades de la región están experimentando temperaturas que han batido todos los récords. Es el caso de algunas zonas del sur de Brasil, donde se han rozado los 39°, o de la región paraguaya del Chaco, donde los termómetros han alcanzado los 37°. Algo similar ocurre en localidades de Chile, Perú o Ecuador.
La pregunta es inevitable: ¿qué está ocurriendo? Tal y como explican los expertos, fenómenos naturales como El Niño han provocado un significativo aumento de la temperatura marítima, que actualmente se sitúa en torno a 1 °C por encima de la media para la época del año. Y sin embargo, todo parece indicar que el cambio climático también está jugando un papel protagonista.
Bloqueos de altas presiones
Javier Andaluz, Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Salamanca y coordinador de Clima y Energía en Ecologistas en Acción, lo explica de manera muy didáctica. “Lo que estamos viendo en esta región de Sudamérica es lo que se conoce como un bloqueo cálido de altas presiones: se instala una masa de aire caliente sobre un territorio concreto y eso provoca que se alcancen temperaturas más propias del verano en pleno invierno. El Niño siempre había traído un incremento de la temperatura durante todo el año, pero lo que estamos viendo este 2023 es excepcional: se ha adelantado y ha sido más intenso. Y al mismo tiempo, se ha prolongado mucho más en el tiempo, lo que ha traducido en la formación de estos bloqueos”.
En Sudamérica estamos viendo un bloqueo cálido, pero en el caso de Filomena fue de aire frío
No se trata de un hecho aislado ni circunscrito a una zona concreta del planeta. “En Sudamérica estamos viendo un bloqueo cálido, pero en el caso de Filomena fue de aire frío. Son episodios que se enmarcan en toda una serie de señales de alarma que nos están dando los principales institutos meteorológicos del mundo, que advierten de graves cambios en los patrones de circulación atmosférica”, detalla Javier Andaluz
Pese a que El Niño es un fenómeno natural que explica la circulación de agua en el océano, las alteraciones que está sufriendo tienen un origen antropogénico. “El Niño ha sido alterado de una forma muy grave por el incremento de la temperatura global. Estamos multiplicando por 10, 20 ó 30 el impacto que tiene este fenómeno en los ecosistemas. Y de hecho, tenemos ciertas dudas de si estamos ya en un punto de no retorno y vamos hacia una nueva situación climática provocada por un nuevo patrón de comportamiento de El Niño, con precipitaciones más explosivas y menos repetidas, lo que pone en grave peligro todos los equilibrios ecosistémicos”, concluye.