Muere a los 68 años el periodista y escritor Ramón Lobo que pasó su vida relatando conflictos de guerra

Una vez tenemos que despedirnos de un compañero por culpa del cáncer. Ramón Lobo moría este miércoles 2 de agosto a sus 68 años. El mundo del periodismo está de luto por su pérdida.

Colaborador habitual de Cadena SER, muchos recuerdan su etapa de corresponsal de guerra para el diario El País durante 20 años. Vivió en primera persona conflictos como los de Croacia, Serbia, Albania, Chechenia, Irak, Argentina, Haití, Ruanda, Nigeria, Guinea Ecuatorial, Sierra Leona, Uganda, Congo, Zimbabue, Namibia o Filipinas. Los relató reivindicando la credibilidad y la verdad centrándose en las historias humanas.

“Si nosotros trabajamos con verdad, no podemos ocultarla cuando nos afecta o ir a los sinónimos y buscar fórmulas que nos permitan escaparnos”, aseguró en A vivir dos días el pasado octubre de 2022 cuando hizo público que padecía dos cánceres simultáneos no relacionados entre sí, algo poco habitual.

Únete al canal de WhatsApp de LOS40

"Tenemos una obligación con la audiencia en estos diez años que nos ha seguido y con otra mucha gente que nos puede seguir, y voy a faltar en los próximos cuatro meses bastante, porque tengo un problema médico que se llama cáncer", informaba a todos sus oyentes.

Sin rendirse

Fiel al lema que le transmitió su madre de no rendirse nunca jamás, dejó claro que tenía que parar, para enfrentarse a esta nueva guerra en su vida. Él, acostumbrado a las luchas, se enfrentó a esta última con todo el optimismo posible. "No tengo miedo a decir que soy optimista, que voy a luchar, voy a pelear, lucharé hasta el último minuto", aseguraba.

Pero tan solo diez meses después de pronunciar esas palabras, ha fallecido y son muchos los que lloran su muerte y han cogido, en las últimas horas, uno de sus múltiples libros para recordarle.

Nació en Venezuela en 1955 hijo de un español y una inglesa y con tan solo cinco años se mudó a España donde se licenció en Periodismo en la Universidad Complutense. Y a su oficio dedicó su vida convirtiéndose en uno de esos que llaman periodistas de raza, de los que ya no quedan tantos.

Tras pasar por diferentes medios, finalmente, en 1992 entró en el diario El País donde pasó dos décadas como redactor en la sección de Internacional cubriendo diversos conflictos. Fue en 2012 cuando llegó a A vivir que son dos días.

Durante su carrera recibió varios reconocimientos, el último, el pasado 2022 cuando le otorgaron el premio internacional Cátedra Manu Leguineche.

Despedida

“La muerte es un problema si no has vivido”, dijo en su despedida de la SER. Y está claro que no es su caso, porque disfrutó de la vida con intensidad.

Compañeros del periodismo, escritores, políticos y amantes de la información veraz, no han querido dejar de dedicarle unas palabras.