Alejandro Marín, director de 'Te estoy amando locamente': "Soy partidario del cine que puede hacernos mejores como sociedad"
Su primera película ya se ha convertido en la producción patria más comentada del verano
Muchos hablan de Barbie y OPPENHEIMER, pero en este verano tan cinéfilo, España también tiene uno de los títulos que más está haciendo disfrutar al público en las salas. Te estoy amando locamente ha ido creciendo en taquilla poco a poco desde su estreno, hasta convertirse en todo un fenómeno del boca a boca. Y curiosamente, todos los que pasan por la experiencia de verla coinciden en lo mismo: es una película divertida, interesante y, sobre todo, con un mensaje necesario a día de hoy.
La historia, conducida por intérpretes de la talla de Omar Banana —que muchos conocerán por haber ganado aquel concurso de casting de Paquita Salas y haberse convertido en un habitual de las producciones de los Javis desde entonces—, Ana Wagner o Alba Flores cuenta cómo surgió el movimiento LGTBiq+ en España, más concretamente en la Sevilla de 1977. Y aunque parezca mentira, es el debut oficial en solitario de su director, Alejandro Marín.
En LOS40 no hemos querido dejar pasar la oportunidad de hablar de una de las pelis del verano —y que apunta a ser una de las más recordadas del año— con el cineasta, de temas que van desde el mismo argumento de la película a cómo importante es la representación LGTBI dentro y fuera de las pantallas, pasando por el momento que pasa la cultura en este 2023. ¡Dentro entrevista!
Sabemos que es una historia real, pero, ¿cómo nace el proyecto de Te estoy amando locamente?
Nace cuando en 2017 nos enteramos de que era el aniversario de la primera manifestación de Barcelona sobre los derechos por los derechos LGTB. Empezamos a tirar del hilo y nos entrevistamos con Armand de Fluvià, que fue el fundador del movimiento LGTBI en Barcelona. A raíz de de hablar también con Mar Cambrollé, que fue la que fundó el movimiento en Sevilla, nos interesa muchísimo esta paradoja de que de que el movimiento en Sevilla se fundara dentro de Palacio Arzobispal, que tuvieran como reuniones clandestinas allí y empezamos a pensar en esta historia y a tejerla a raíz de una historia ficcionada que era la de Reme y Miguel. Ahí, bueno, fuimos introduciendo un poco este inicio de la lucha LGTB en Sevilla inspirándonos en ello.
Es tu primera película dirigida de manera individual. ¿Cómo lo has vivido?
Pues ha sido un viajazo. Llevamos 4 años con la peli y desde que empezamos a desarrollarla con Carmen (Garrido Vacas), que es la productora ejecutiva y la otra guionista de la película, ha sido como un viaje que ha pasado por muchos sitios. Pero es súper, súper bonito porque al final sabíamos que el periodo de una peli es muy largo, así que tomar esta decisión de hacer una peli que fuera de época, que no requería muchísima documentación, ha ayudado a no cansarnos. No teníamos que estar en a tope con la documentación, investigando, yendo a Sevilla... O sea, como que no ocupaba tanto tiempo, ha sido un proceso que ha pasado por muchos lugares. Obviamente ha habido momentos como de crisis y también momentos preciosos, pero el balance de súper súper positivo.
Es, sin duda, una película de luces y sombras. ¿Cómo se vivió este contraste fuera de cámara?
Uff, nos lo hemos pasado muy bien. Es que teniendo a Álex de la Croix, a La Dani y todas las actrices y actores; y al resto el equipo técnico también... Ha dado la casualidad de que éramos un equipo también súper queer, o sea, todo el mundo estaba muy conectado con la peli, había mucho cariño. Por ejemplo, el día que rodamos la manifestación había gente llorando, era una cosa muy bonita. Siempre pasa, ¿no? Que te quedas con lo bueno, pero obviamente también lo hemos pasado mal. Ha habido momentos de rodajes nocturnos, que no llegábamos a la hora, agobios, tensiones.... Pero que es que al final se diluyen tanto cuando tiene a gente tan guay y tan conectadas. Sobre todo era eso, como que todos les importaba la peli desde un lugar muy interior y era súper bonito.
Ya que hablas de que ha habido una mayoría queer en el equipo. Siempre está esa polémica que surge en producciones que incluyen tramas LGTB que viene de que a los personajes del colectivo deberían interpretarlos profesionales que también pertenezcan al colectivo. ¿Crees que esto es importante?
Para mí fue una premisa súper importante desde el inicio, lo hablé con Eva y Yolanda (responsables de la dirección de casting), que lo queer no se interpretara, sino que los personajes fueran parte del colectivo. Y por eso el hecho de de repente encontrar a una actriz trans sevillana para para hacer el papel de Paca (interpretado por Lola Buzón), o de que Alba (Flores) estuviera la peli me parecía importante porque ella es del colectivo y encima es una persona muy comprometida, Álex (de la Croix), Omar (Banana)... Y es que incluso hasta el personaje de Maca, cuya orientación no se trata en ningún momento de la película, lo interpreta Carmen (Orellana), que es bisexual. Quiero decir, y repito, ha sido súper bonito que la gente estuviera muy conectada porque a todos les tocaba desde un lugar muy interno.
También está el debate de que hay ciertas películas que deben trascender con un mensaje a la sociedad, o que simplemente deben cumplir su premisa de entretener a su público. ¿Qué postura tienes tú al respecto después de hacer Te estoy amando locamente?
Hombre, a mí me gusta obviamente ver películas para entretenerme, pero también necesito que las pelis tengan un cierto eco cuando sales de verla. Si una peli me entretiene lo que dura y ya está, creo que no aporta tanto como como si de repente salgo de la sala sabiendo algo nuevo o conociendo, como en este caso, un episodio histórico que yo antes de hacerla no conocía y que probablemente mucha gente conozca a través de ella. Soy súper partidario de que el cine, dentro de ser una herramienta de entretenimiento, sea una herramienta para concienciar en valores, en justicia, en igualdad. Realmente soy partidario de que sí, que tiene que haber cine útil, del cine que puede hacernos mejores como sociedad, obviamente.
En la parte musical, tenéis a Rigoberta Bandini poniendo voz a un tema que pretende ser un himno, y que de hecho se llegó a escuchar en el Orgullo LGTB de Madrid. ¿Cómo surgió?
Pues realmente fue muy guay porque fuimos muy rigurosos durante la escritura de guion, en tener muy en cuenta que todas las canciones que aparecieron en la peli fueran de la época. Mirábamos en Spotify, y era como "Ah, no, esta la estrenaron el 79, ya no, no entra" pero siempre con la idea de romper este código y que la canción del final fuera una canción actual que hablara al presente, como muy contemporánea, con esta idea de que la peli acabara en llamando a la gente a día de hoy a seguir con esta lucha. Entonces de repente pensamos en Rigoberta, porque es una compositora de himnos absoluta y a aparte de que nos gustaba, fue como "¿Vamos a probar, no?" y de repente ella accedió encantada. Estábamos flipando. O sea, era como vale, vamos a confiar absolutamente, porque lo que va a hacer nos va a gustar; pero es que luego encima ha hecho un temazo increíble que que yo creo que va trascender, que ya se ha convertido en un himno absoluto. Yo creo y fue muy, muy bonito, porque desde que nos mandó una grabación de WhatsApp de ella con la guitarra ya era increíble.
La libertad es de todos, no es de nadie, y tiene que ser así
Esta película deja muy claro de dónde viene la historia del colectivo en España. ¿Crees que es más necesario que la vea gente ajena al colectivo, o gente que sí pertenezca al mismo, en base a saber por qué tienen que luchar?
Yo creo que las dos. Al final hemos hecho la película desde ahí, porque nos encontrábamos con testimonios de gente incluso de la época que no conocía la historia, y que no conocían que existía una ley de peligrosidad social. Al final era tanto el tabú y la represión que había ya en la familia y entre la gente de tu alrededor, que ya que existiera una ley, ya ni se hablaba de eso. Pero luego, también las nuevas generaciones, que celebramos el orgullo a día de hoy y a todos nos parece una fiesta, pero la reivindicación tiene que trascender a esa fiesta. Y que pongamos en valor a las personas que han conseguido que estemos a día de hoy aquí y por las que están luchando por los derechos LGTB, que son los derechos de todos. Porque al final la libertad es de todos, no es de nadie, y tiene que ser así. Desde el un inicio planteamos la peli para que fuera para todo el mundo, y por eso esta historia madre e hijo es la que la conduce, para que todo el mundo pudiera sentirse identificado.
La comunidad LGTB ha visto en los últimos años muchos avances gubernamentales en cuanto a sus derechos se refiere, como la Ley Trans; pero también ha sufrido retrocesos inesperados también provenientes de la política, como censura o quitar banderas del colectivo. ¿Se tiene miedo desde el lado de la cultura?
Totalmente, pero bueno, lo que decía Manolita Chen: "Si nos quitas la bandera, pondremos tres". Hay una cosa que da mucho miedo, hay mucha preocupación y por eso mismo estamos como reivindicando y homenajeando a las personas que lucharon entonces, porque hay gente que quiere devolvernos a esos años; pero hay que hacer frente con con lo que podamos nosotros y en este caso nosotros trabajamos en la cultura. Y a mí me parece muy importante eso, que cada uno aporte desde su lugar en lo que pueda. Y es necesario, pero el miedo no nos va a frenar, desde luego. Al revés, va a ser como una manera de impulsar más a seguir haciendo este tipo de historias, a seguir intentando abrir de todo este tipo de relatos a la gente y que se conozca de dónde venimos, porque hay que hacer memoria histórica para para no repetir los mismos errores del pasado.
Te estoy amando locamente ya está en cines.
Javier Rodrigo Saavedra
Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me encontrarás en todo tipo de saraos cubriendo todo, desde...