La vida se abre paso en la gran isla de plástico del Pacífico
Pese a las dificultades y las condiciones extremas del entorno, una serie de organismos consigue prosperar en medio de la gigantesca masa de basura flotante.
La isla de plástico del Océano Pacífico es una de las muestras más evidentes y alarmantes de los excesos de nuestra manera de vivir y consumir. Allí, a mitad de camino entre California y Hawai, flota una gigantesca extensión de basura que triplica el tamaño de Francia, y que se ha ido formando a lo largo de las últimas décadas. Está formada por unas 80.000 toneladas de plástico que son, en un 94% de un tamaño diminuto, lo que afecta a miles de animales.
El llamado "séptimo continente" está formado por unas 80.000 toneladas de plástico
Pero hay otros que sí han encontrado en este entorno tan hostil un hogar. Según un estudio publicado en la revista PLOS Biology, el llamado “séptimo continente” podría albergar vida en una serie de formas sorprendentes.
“Estos lugares que hemos estado llamando islas de basura son ecosistemas realmente importantes de los que sabemos muy poco”, ha declarado Rebecca Helm, autora principal del estudio y bióloga marina de la Universidad de Georgetown en Washington, D.C. (Estados Unidos).
Formas y colores sorprendentes
En concreto, los seres que habitan este inhóspito lugar es lo que se denomina neuston. Se trata de organismos de dimensiones reducidas que se encuentran en la capa superficial del océano. Tal y como detalla Helm, muchos son de color azul en su parte superior y blanco en la inferior, una característica que les ayuda a camuflarse frente a los depredadores.
Más allá de los colores, llama poderosamente la atención las caprichosas formas que han adoptado estos seres vivos. Según ha contado la bióloga en Twitter, son especialmente bellas las gelatinas de color azul, que tienen forma de flor y "brillan y palpitan, como estrellas”. También los caracoles violeta, que "evitan ahogarse haciendo una balsa salvavidas de baba de caracol".
En la zona también está presente un curioso animal: el dragón de mar azul. Se trata de un tipo de babosa marina que roba las células urticantes de medusas como la carabela portuguesa y "cubre su cuerpo con una armadura fabricada con las armas de su presa vencida", ha explicado Helm.
Las concentraciones de nutrientes en este lugar del planeta son extremadamente bajas
Toda esta explosión de seres vivos en la isla de plástico es un fenómeno realmente sorprendente e inusual. No sólo porque el plástico se considera poco beneficioso para los organismos oceánicos, sino también porque las concentraciones de nutrientes en este lugar del planeta son extremadamente bajas, algo a lo que ha contribuido de manera decisiva la inmensa cantidad de basura. Pero una vez más, la vida se abre paso.