Harry Styles tiene que tomar las riendas en el aeropuerto de Barcelona ante la excitación incontrolada de sus fans

Kevin Mazur/Getty Images for Harry Styles
Más de 56.000 personas vivieron en el Estadi Olímpic Lluís Companys de Barcelona lo que supone ser espectador de uno de los conciertos de Harry Styles en su Love On Tour. Y a muchos les supo a poco.
Las canciones de Harry’s House, el último disco del cantante, sonaron en directo haciendo vibrar al estadio que cayó rendido a sus encantos y es que el ex One Direction hipnotiza y derrochó ese encanto que le ha convertido en un artista de culto para muchos.
Aunque ya le habíamos visto en Madrid en julio de 2022, había ganas de más y es que esta gira se ha extendido en el tiempo debido a los aplazamientos que se produjeron durante la pandemia. No pudo ser en 2020, tampoco en 2021 y finalmente, un año después pasó por la capital. Ayer lo hizo por Barcelona creando el delirio de sus seguidores y llenando el escenario de ese aire retro que sella sus dos últimos discos.
“Estos últimos tres años han sido los más increíbles de mi vida”, dijo anoche en su primer concierto de este verano en España. Apareció con pantalón de cuero, que ya dejó claro que no había sido muy buena idea por el calor que hacía. Más fresquito era el chaleco crop azul que dejaba su torso al descubierto. Ese que no para de mover con sus bailes constantes que dejan de relieve su gran carisma.
Te recomendamos
Cantó temas sobre todo de sus dos últimos discos con momentos más rockeros y otros más acústicos y todos convencieron. Volvieron a otorgarle el calificativo de chico afable a un cantante que sabe interactuar con sus seguidores y hacerles vivir con intensidad sus conciertos. Ah, y eso sí, no hubo ningún objeto tirado al escenario que le golpeara como parece ser la tendencia de los últimos tiempos.
Nervios en el aeropuerto
Con tantas ganas se quedaron algunos después de su recital en la ciudad condal, que no dudaron en perseguirle hasta el aeropuerto al que llegó en su propio coche. Ni su equipo de seguridad pudo controlar la excitación de docenas de fans que morían por conseguir una foto, una firma o una palabra de su ídolo.
Fue él mismo, que siempre ha demostrado tener talante a la hora de enfrentarse a sus seguidores, el que pidió calma en momentos de tanta tensión. Una vez bajado el nivel de adrenalina, no dudó en firmar autógrafos y hacerse fotos.
Ahora le toca Madrid donde volverá repetir espectáculo este viernes 15 de julio. Ya hay gente acampada esperándole.