"Supervivientes, bienvenidos a la primera jornada de sorpresas en esta semana tan especial, hoy conoceréis el pozo del tiempo perdido y encontraréis todas las respuestas a las preguntas que os habéis hecho durante este tiempo", leía Jonan. Pirata Morgan les había dejado uno de sus pergaminos.
El primero en coger la barca rumbo a su sorpresa era Asraf que se encontraba con el cojín que le regaló su madre, era el primero de los varios objetos personales que recibía, incluido un juguete de Alberto, el hijo de Isa Pantoja.
No tardaba en echarse a llorar, más cuando empezó a leer las palabras que le había escrito su madre asegurando que le echaba mucho de menos, pero que ya quedaba poco tiempo para verle.
Costaba entenderle cuando leía los distintos mensajes de su hermano o de su novia y es que fue un tsunami de emociones recibir esas palabras que después de casi cuatro meses son como un tesoro.
"Alberto te echa mucho de menos y yo también muchísimo, me haces falta", le decía su chica que, además, le encargaba hacer los detallitos para los invitados de su futura boda tras comprobar lo bien que se le dan las manualidades.
Luego le tocaba el turno a Adara Molinero. Ella también se echaba a llorar nada más ver la mochila del cole de su hijo Martín. “Son fotos de mi hijo y está enorme”, decía tras ver las imágenes que le enviaban desde España.
“Estoy llorando, pero lloro de alegría, estoy feliz de lo que voy a leer ahora mismo”, decía antes de comenzar a leer las palabras de su madre y su hermano.
Elena le recordaba lo poco que le gustaba ir de camping o andar por la montaña cuando era pequeña. “No me gustaba”, confirmaba. “Qué momentazos nos has dado, y qué gran actriz cómica se está perdiendo el mundo”, le decía su madre.
Adara expresaba las ganas que tiene de volver a encontrarse con ella e irse juntas de vacaciones y volvía a insistir en lo de tocarle el pelo y la cara para no olvidarse de sus facciones más.
“Para mi hermana mayor, hoy vengo a sacarte de Honduras y que tu mente esté por un rato en otra parte. Quiero que sepas que, aunque nos hayamos peleado y gritado, eres mi hermana y siempre te voy a querer”, le escribía su hermano. Y ella valoraba que se hubiera abierto porque no es de expresar emociones normalmente.
Las lágrimas de Bosco
Bosco, una vez más, hacía intentos por controlar las lágrimas, pero, en esta ocasión, no lo conseguía, la emoción le superaba. Hacía varios intentos para leer lo que le había escrito su familia, pero se quedaba sin voz.
“Los paraísos también tienen caducidad y hay que volver a la realidad y al curro”, le decía su madre. “Es increíble la positividad que transmites y la paciencia que tienes de aguantar a más de uno. PD: Todas mis amigas me preguntan si lo que se marca en la braga náutica es de verdad, creo que has conseguido a más de una pretendienta”, bromeaba su hermana.
“Aquí solo hay una marcha y es a tope y a tope por ellos”, terminaba diciendo tras leer todos los mensajes.
La emoción de Jonan
Tampoco podía aguantar la emoción Jonan. “Ahora más que nunca todo gira alrededor de ti. Nos encanta verte, hablar y comentar, pero, sobre todo, reírnos contigo. Quiero que sepas que la yaya está genial”, leía antes de romperse de nuevo.
Palabras de su madre a las que seguían las de su hermana que aseguraba que le había mandado mensajes casi cada día y que su teléfono tenía que estar a punto de explotar. También le confesaba que había tenido varios líos amorosos y que algunos le iban a sorprender o hacer reír.
El turno de Artùr
Tampoco tardaban en llegar las lágrimas al rostro de Artùr cuando veía una foto familiar con algunos que no estaban ya en su vida.
Recibió un muñeco de Toy Story que llevaba tiempo buscando de cuando era niño porque “me hace recordar que mi vida no ha sido fácil”. Pero ahora está disfrutando de esta experiencia y asegura que quiere vivirla hasta el último minuto con esa intensidad que se concentra en la aventura.
Muchas emociones justo antes de abandonar Honduras.